El desafío de posicionar al trigo argentino

Es necesario debatir las políticas trigueras en busca de la competitividad del cereal argentino

Los actores más importantes de la cadena triguera ya tienen una cita muy especial en su agenda.  Será el 10 y 11 de mayo, en el hotel Sheraton de Mar del Plata, con motivo de la nueva edición de A Todo Trigo.

Como sucede cada dos años, organizado por la Federación de Acopiadores, este congreso es el punto de encuentro donde diferentes especialistas analizan la actualidad de los mercados, los desafíos a futuro en los cultivos de invierno y las últimas innovaciones del sector. Pero también es el lugar donde se siembran nuevas ideas para posicionar al trigo argentino como marca en el mundo, luego de las dos últimas muy buenas campañas que marcaron el resurgimiento de la Argentina en los mercados externos.

“Para posicionar al trigo argentino como marca se debe hacer un importante trabajo de promoción que la Argentina hoy no tiene a nivel internacional. En realidad, casi ningún comprador mundial muele trigo de un solo origen. Actualmente se trabaja mayormente con mezclas de harinas provenientes de trigos de diferentes orígenes, teniendo en cuenta que las mismas pueden variar en caso de que exista o no producción local en los países compradores. Por eso, para promocionar al trigo argentino, lo correcto es complementarlo con otras “marcas””, indica Leandro Pierbattisti, asesor de la Federación y uno de los oradores de A Todo Trigo. El especialista compartirá la experiencia internacional acumulada en France Export Cérealés y formará parte de un panel donde Guillermo Bernaudo y Luis Urriza, secretario y subsecretario de Agricultura del Ministerio de Agroindustria, y David Hughes, presidente de Argentrigo, abordarán las políticas trigueras y el fortalecimiento de la marca trigo argentino.

El experto señala que es indispensable hacer un exhaustivo análisis del mercado local e internacional que permita elaborar una estrategia comercial que favorezca la inserción del producto argentino a nivel global.  “Al igual que en una entrevista de trabajo, lo primero que debés mostrarle al mundo es lo que le vas a ofrecer. Pero para eso, primero hay que conocer las exigencias de los mercados e interiorizarse sobre los atributos que el resto de las marcas aporta. Asimismo, es necesario tener en claro qué otras particularidades podemos aportar y tratar a su vez de identificar nuestros puntos débiles para poder mejorarlos. A imagen de un tête-à-tête con tu futuro empleador, cuando te preguntan cuáles son tus puntos fuertes y débiles, la respuesta debe ser lo suficientemente madura a fin de aportarle, en nuestro caso, la mejor ecuación económica al utilizador final”, detalla.

En ese sentido, Pierbattisti también resalta el rol de los institutos de promoción para ayudar al posicionamiento del sector empresario.  “Estas entidades, con las que cuentan la mayoría de los principales países exportadores, ayudan a las empresas a desarrollar proyectos estratégicos a mediano plazo tales como la logística y la calidad o la comunicación, que muchas veces resulta extremadamente complejo de abordar de manera individual”, insiste.

El especialista asevera que más allá de la extrema importancia que tiene buscar nuevos mercados, también hay que poner el foco en que los actuales compradores adquieran confianza y credibilidad a lo largo del tiempo. “Es más difícil mantener un destino que conquistarlo. Es por ello que se necesita estar presente todos los años de manera regular y metódica tanto en los mercados tradicionales como en aquellos que se han conquistado recientemente, sobre todo los años que revisten una cierta complejidad. Los clientes necesitan alcanzar una perennidad en el vínculo comercial más allá de los problemas puntuales que puedan surgir en algunas campañas”, explica el especialista.

Por último, Pierbattisti ejemplifica que Rusia adoptó una estrategia público-privada en lo que al trigo se refiere que hoy le permite ser el principal exportador mundial ostentando un 25% del mercado, desplazando en muchos destinos a EEUU, que en los años 80 supo tener la mitad del market share. “Rusia trabaja fuertemente en muchos aspectos vinculados a la logística y a la promoción de sus exportaciones en la escena internacional. Al día de hoy el trigo adquirió en Rusia una estatura diplomática a la altura de lo que fue en toda su historia el petróleo”, concluye.

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