Los productores agrícolas del centro y norte de la provincia de Santa Fe analizan no iniciar procesos de siembra, en especial de soja tardía, en el caso que no se registren lluvias en los próximos días debido a la ausencia de agua útil en los perfiles de suelo.
El informe semanal que elaboran el Ministerio de la Producción de la provincia, la Universidad Católica y la Bolsa de Comercio de Santa Fe da cuenta de la preocupante situación que genera la sequía, que se agravó en los primeros días del año, sin precipitaciones y altas temperaturas.
“Con nulas precipitaciones, elevados registros térmicos y pronósticos muy inciertos, se continuaron analizando los riesgos. Se percibió en el sector que, de no registrarse lluvias en las próximas jornadas, no se sembraría y quedarían parcelas o superficies sin futura producción”, indica el trabajo.
En cuanto a lo ya dispuesto, con ese escenario ambiental “se constató el continuo deterioro de los cultivares en sus distintos estados fenológicos, como también la realidad que atravesó y atraviesa la presente campaña agrícola de cosecha gruesa”.
El maíz temprano, que fue el cultivo que sufrió el mayor impacto de la sequía, está siendo picado para consumo animal y en algunos casos “se concretó la destrucción de los cultivares y las parcelas liberadas se destinarían a la siembra de soja tardía en caso de producirse lluvias”.
En cuanto a la recolección del girasol, esta semana avanzó sin inconvenientes en los lotes maduros con rendimientos variables, y en gran parte bajos por las condiciones ambientales de estrés hídrico y térmico atravesadas durante el ciclo.
Según el último informe del Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica (SISSA) publicado la primera semana de enero, toda Santa Fe, en distintas escalas, se encuentra afectada por la sequía que ya lleva tres años
El 44,97% de la provincia sufre una sequía moderada; el 38,54% severa; un 9.03% extrema; el 7,38% está anormalmente seco; y un 0,08% presenta una sequía excepcional.
El pronóstico del tiempo desde hoy y hasta el 17 de enero prevé nubosidad en aumento, inestabilidad climática, altas probabilidades de precipitaciones de muy variadas intensidades e irregular distribución geográfica.