Las lluvias, que se venían conteniendo durante cinco meses, han vuelto a instalarse en el mes de abril y en los primeros días de mayo. El noreste bonaerense pasó de tener una condición de escasa humedad y sequía a tener excesos de agua. Sin embrago, el sudoeste cordobés y el extremo noroeste de Buenos Aires todavía presentan reservas de regulares a escasas. Allí, se necesitarían lluvias de 40 a 80 mm para restablecer condiciones de humedad óptimas.
Con todo a favor del trigo
La región busca sumar hectáreas y convertirse en la siembra record de trigo de los últimos 20 años. Hasta hace un mes atrás, faltando todavía más de 150 mm para restablecer las condiciones de humedad del suelo, el trigo se posaba sobre la cuerda floja. Pero las lluvias de abril y el precio del cereal avivaron las esperanzas. El trigo se extenderá sobre unas 200 mil hectáreas más que el año anterior. La necesidad financiera que dejó la campaña gruesa y la mantención de las rotaciones suman al interés triguero. Por todo ello, en pocos días más la región núcleo se lanzará a la siembra de 1,3 M ha de trigo.
Pluviómetros llenos, mayo ya dejó más 100 mm al noreste de Buenos Aires
En tan solo 3 días de mayo, los acumulados fueron de casi 200 mm en Rojas, 170 en Ramallo y 161 en Chacabuco. El sur santafesino no se queda atrás. Bigand acumuló 100 mm y Labordeboy 97 mm. El este cordobés y noroeste bonaerense están rezagados, con milimetrajes que rondan entre 15 y 60 mm. Este volumen se suma al que dejó abril. El noreste bonaerense fue el área que registró las mayores precipitaciones del mes. Ramallo terminó con lluvias del orden de los 250 mm, y es la localidad con el mayor milimetraje acumulado en el año: 547 mm. En el este cordobés hubo una gran variabilidad de datos: desde 65 mm en Colonia Almada, hasta 170 mm en Monte Buey. Los pronósticos indican que los milimetrajes seguirán sumando en los días que siguen. Las lluvias continuarán hasta el martes 8/5.