La región Sudamericana de producción de soja que incluye los mercados de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay es sin dudas la más importante del mundo, tanto en hectáreas sembradas como en el total de toneladas producidas. Y es en este sector, donde el valor agregado de la genética de origen argentino tuvo y tiene un lugar destacado.
Pero, tanto a nivel nacional como regional, el mayor desafío pasa por lograr variedades que se adapten a ambientes tan diversos como los que se pueden encontrar en la Argentina, con suelos y condiciones más amigables para el cultivo; los de Uruguay con situaciones de estrés hídrico más importantes, o los de Brasil o Paraguay, donde es común la presencia de suelos lateríticos, con alta presión de enfermedades y plagas, además de las deficiencias nutricionales a nivel de oligo y microlementos.
Atento a esta realidad, BAUP Semillas nació como un proyecto de integración regional sostenido en 25 años de investigación y mejoramiento, que permitió lograr una genética 100% propia; donde cada país integrante de la región dispone de un programa de desarrollo de variedades específico, que persigue la mejor interacción entre estabilidad y rendimiento para cada ambiente.
En este sentido, para el mercado argentino hay variedades disponibles para los Grupos de Madurez III al VII, donde los cultivares del GM IV largo -como la DL 455- tuvieron un destacado desempeño en la Red de Cultivares de Soja (RECSO) de la última campaña, superando en un 10% al rendimiento del cultivar de referencia del grupo.