Aunque no se dispone de cifras oficiales, se estima que en esta campaña se sembraron entre 160 y 170 mil hectáreas de girasol alto oleico en la Argentina, alrededor de un 13% del total de la superficie sembrada con la oleaginosa. El área había sido de un 8% en las campañas anteriores. Esta vez, los productores implantaron la totalidad de los híbridos disponibles en el mercado.
La respuesta a esta clara tendencia está dada por el crecimiento de la demanda externa. El girasol con alto contenido de aceite oleico, que tiene casi como único destino la exportación, recibe primas que en la campaña 2014/15 alcanzaron los valores más altos. En su mayoría, las siembras se atan a contratos de entrega de la producción a las aceiteras exportadoras. En esta campaña, estas empresas tentaron a los productores al punto de agotar la disponibilidad de semillas con estas características. La pregunta que rige ahora es cuánto tiempo permanecerá la demanda. Algunos consideran que seguirá presionando sobre los mercados durante los próximos años.
“Ya en la campaña anterior, 2013/14, habíamos tenido un incremento de la demanda, fundamentalmente de Europa y algunos países asiáticos, que cada vez más ponen el foco en la alimentación saludable”, explicó Virgilio Perrella, de Cargill.
A esa tendencia, que aparentemente se mantendrá durante los próximos años, Archibaldo Salvador, de Syngenta, sumó que “Europa está cambiando la normativa relacionada con el etiquetado de alimentos procesados y a partir de este año las compañías del rubro deberán hacer constar el tipo de aceite que utilizan. Por ejemplo, en muchos casos se venía usando aceite de palma, que no es demasiado saludable y puede ser que al consumidor europeo no le guste enterarse que lo está consumiendo”.
“Esa nueva normativa –agregó Salvador- llevó a que la demanda de girasol oleico, que es muy saludable y tiene muy buena imagen para consumo humano, se haya incrementado fuertemente ya que es un reemplazo natural de las grasas hidrogenadas”.
“El cambio en la formulación de los productos –indicó Perrella-, aparece con énfasis en los alimentos para niños y en aquellos considerados saludables. Pero también ocurre que tanto en China, como en Japón y en otros países de la región, los elaboradores de snacks están pasando sus aceites a alto oleico, y si bien no son grandes volúmenes van comenzando a incrementar la demanda. Lo mismo ocurre en Estados Unidos, que tiene su propia producción de alto oleico pero que este año volverá a importar después de un periodo que no lo hacía”.
“El mercado también está influenciado por un desbalance entre la oferta y la demanda motivado por una baja producción de girasol alto oleico en la última cosecha de los principales productores europeos, entre los que se encuentran Francia y Alemania”, indicó Diego Lerini, de Molinos Río de la Plata.
En definitiva, los principales factores que alentaron la siembra argentina de girasoles con alto contenido de oleico fueron la caída de la producción europea y la combinación de un incremento simultáneo de la demanda de sus principales destinos.
Márgenes
Según Lerini, “los rendimientos de los híbridos alto oleico, que antes estaban entre un 5 y un 8% por debajo, se han acercado mucho a los que se obtienen con los girasoles convencionales. Entonces, si se considera la bonificación que en esta campaña es del orden de los 50 dólares por tonelada y que el precio del girasol no tuvo una caída tan abrupta como ocurrió con otros granos, se tiene una ecuación que ofrece márgenes interesantes y que tentaron a sembrar girasoles alto oleico”.
“Es indudable que los productores prefirieron volcarse más a la siembra de especialidades –aportó Pablo Ilarregui, de Dow- ya que lo mismo ocurrió con el girasol confitero y creo que el motivo es que estas dos modalidades ofrecieron la posibilidad de cerrar, a través de los contratos, la ecuación económica del cultivo desde el momento de la siembra”.
Futuro
La pregunta del millón entre los productores argentinos es si en los próximos años se mantendrá firme la demanda externa de aceite de girasol con alto contenido de oleico. Al respecto, hay coincidencias sobre que se seguirán consolidando las formulaciones de alimentos con alto oleico, pero el interrogante pasa por la reacción que generará la oferta de otros países que tallan fuerte en el mercado internacional de girasol, como Rusia y Ucrania, que ahora pueden encontrar un incentivo para producirlo en las elevadas primas que se pagaron este año. Por otro lado, entra en juego el regreso a los volúmenes tradicionales de la cosecha europea.
Mientras tanto, el interés por el girasol con alto contenido de oleico trajo un poco de aire fresco a la producción argentina de esta oleaginosa, especialmente afectada por las retenciones a las exportaciones y el gran crecimiento de la producción que en los últimos años tuvieron otros oferentes, como Rusia y Ucrania, que por cercanía tienen mayor facilidad de acceso a los mercados europeos y asiáticos.