Entre el jueves 30 de enero y el miércoles 5 de febrero, la presencia de abundantes lluvias en toda la región continuó favoreciendo la recomposición de las condiciones hídricas. En esta semana en particular, se observaron excesivas lluvias en el norte de la provincia de Buenos Aires y sur de Santa Fe, con acumulados que fueron superiores a los 200 mm como en Santa Teresa (Santa Fe), con 303mm o en Pergamino, (Buenos Aires) con 281mm. En el resto de la región las lluvias promediaron entre 80 y 140 mm.
La continuidad de este atípico patrón de lluvias convectivas tan intensas pondría en riesgo productivo a buena parte de la región núcleo. El área más comprometida es la franja que se extiende desde el sur de Santa Fe y se prolonga sobre el margen este del norte bonaerense. Allí comienzan a tener problemas de escurrimiento y anegamientos en las áreas bajas. El impacto que este evento tendría sobre los cultivos aún no puede ser evaluado con precisión. La oleaginosa sería el cultivo más afectado por su mayor susceptibilidad a las condiciones de excesos hídricos y enfermedades. En especial, la soja de segunda que transita el estadio de floración con bajo porte.
Sin embargo, en las zonas donde las lluvias estuvieron en el orden de los 50 a 100 mm, aún prevalecen altas las expectativas de rindes para la soja de primera que se encuentra en el período de llenado de granos. Como las condiciones ambientales son predisponentes para el desarrollo de enfermedades, se generalizaron las aplicaciones de fungicidas preventivos y curativos. La actividad de las orugas se redujo frente al nuevo panorama hídrico.
El cultivo más favorecido por las lluvias fue el maíz de segunda y el tardío que se encuentran en pleno periodo de definición de números de granos (floración). El cereal es más tolerante a suelos anegados y además, sorteó la sequía de las semanas precedentes. Los rindes estimados para maíz de primera se mantienen igual que la semana pasada: mínimos de 40 a 50 qq/ha y máximos de 80 y 100 quintales.