Los futuros de soja en Chicago finalizaron la semana con subas consecutivas, empujados por la firmeza que están mostrando las compras de China y ante la posibilidad de que la falta de lluvias condicione el potencial de los cultivos en Argentina. En las primeras operaciones del lunes el movimiento parece revertirse. En tanto, los contratos de trigo y maíz se muestran algo más laterales, con noticias positivas por el lado de la demanda pero un escenario de amplia oferta global de cara al año 2017.
Sobre la base de los programas de descarga en puertos las importaciones de soja de China en diciembre apuntan a no menos de 9 Mtn, a lo que hay que sumarle el buen ritmo de compromisos asumidos con Estados Unidos y Brasil para las próximas semanas. El total adquirido por el gigante asiático en 2016 llegaría entonces a 83,5 Mtn frente a 81,7 Mtn durante el año 2015. Se trata de un crecimiento anual del 2,1%, es el más bajo desde 2011, aunque podría anticipar un rebote para 2017. Por estos días las fábricas buscan capturar los altos márgenes que arroja el procesamiento industrial y anticipar una mayor depreciación del yuan frente al dólar.
El mercado de aceites vegetales contribuye con el sostenimiento de la oleaginosa. En Malasia los futuros de aceite de palma alcanzaron nuevos máximos en la rueda del viernes, superando el equivalente a u$s 700/ton. La oferta es realmente ajustada y los stocks en países importadores, especialmente India, han caído significativamente. En este contexto, la participación del aceite en el valor bruto del crushing de soja se recuperó por encima de 37%, la marca más elevada desde abril.
A mediano plazo el saldo exportable brasileño y las buenas perspectivas de siembra en Estados Unidos son elementos bajistas, aunque el corto plazo está dominado por el mercado climático sudamericano, con cierto nerviosismo por la falta de lluvias que afectó a amplias regiones de Argentina. Afortunadamente, la provincia de Buenos Aires recibió una buena recarga en la noche del sábado y durante el domingo, estabilizando el deterioro de los cultivos.
El mercado local acompañó la firmeza externa con valores en el rango de $ 4.200 a 4.250/ton, sin generar demasiado entusiasmo en la oferta. De a poco comienza a insinuarse cierta recuperación del segmento disponible frente a los forward de cosecha, con un inverso cercano a u$s 5/ton sobre el final de la semana. De todos modos, el acotado diferencial refleja la previsión de un elevado stock final que se baraja para el ciclo en curso. Por ejemplo, en el último relevamiento de CREA se detecta un 19,4% de la soja 2015/16 todavía en stock de los productores hacia el mes de noviembre, frente a 13,4% a la misma altura del año pasado.
En maíz los precios locales mantienen un considerable premio frente a las referencias externas, en virtud de la necesidad del cereal que tienen los exportadores que todavía deben cubrir compromisos de embarque de la campaña en curso. Las DJVE presentadas por el ciclo 2015/16 totalizan 21,5 Mtn, mientras que los embarques desde marzo a noviembre acumularon 19,4 Mtn. Dado que las compras declaradas ante el Ministerio de Agroindustria llegan a 18,7 Mtn es claro que la disponibilidad de existencias entre los exportadores es reducida. Por este motivo mantienen participación activa en el mercado, a valores que superan los $ 2.600/ton.
En cuanto al trigo, se destaca que la cosecha sigue avanzando –llega al 58% de la superficie proyectada- y el cereal llega vertiginosamente a los puertos de la zona Up River. Los precios mejoran al compás de la firme demanda de la exportación, que ya comprometió el 25% de un saldo exportable potencial que sería de 8 Mtn. La noticia es nuevamente la gran diversidad de destinos a los que está llegando el trigo argentino. Los molinos de Brasil, que entre 2013 y 2015 representaron entre 70 y 90% de las compras totales, reducirían su participación este año a menos de 50%.
Autor: Lic. Guillermo Rossi – Analista en Big River