Los inconvenientes productivos de importantes proveedores mundiales de trigo, como Australia y Rusia, se materializarían en menores rendimientos dejando niveles de stocks finales muy ajustados, en tanto que la recomposición interanual de la producción norteamericana no llegaría a compensar los déficits del resto del mundo.
Las proyecciones para el país de Oceanía, según el USDA, son de 24,4 Mt, con una caída interanual de casi el 40%. Australia ha firmado una racha productiva envidiable, superando los 30Mt de trigo anuales a lo largo de tres ciclos consecutivos. Sin embargo, las condiciones climáticas adversas impactarían de lleno en uno de los principales países exportadores del cereal, que compite junto con Argentina en época de cosecha.
Otro de los grandes jugadores, Rusia, también sufriría recortes en términos de producción. Si bien al partir de una base muy alta, récord de más de 92 Mt cosechadas durante la campaña 2022/23, se esperarían guarismos más cercanos a las 85 Mt a lo cual se suman dudas respecto a la calidad del trigo como consecuencia de las torrenciales lluvias acaecidas durante el verano ruso.
Ucrania, se encuentra en una situación similar. El porcentaje de trigo para molienda se estima entre un 20% y 30%, mientras que el año anterior fue de 60%. Frente a la continua amenaza rusa sobre los puertos ucranianos, la logística y consecuentemente la comercialización de los granos se torna más que complicada desarrollando diferentes vías de paso para el trigo ucraniano. En consecuencia, los productores locales han preferido resguardarse almacenando el cereal de mejor calidad, para comercializarlo a los molinos tendiendo a exportar el trigo con menor porcentaje de proteína.
A las circunstancias australianas y euroasiáticas hay que sumarle el contexto local, ya que Argentina es un jugador importante en el contexto internacional y la recomposición productiva luego de la dramática sequía no cumpliría con las mejores esperanzas iniciales.
Australia, Rusia, Ucrania y Argentina forman parte del grupo de los ocho principales exportadores, explicando en promedio el 86% de la comercialización internacional de trigo, y entre ellos se prevén los menores niveles de stocks finales desde el ciclo 2012/13, con apenas 53,02 Mt, un -13,5% que la campaña anterior y un -16,6% por detrás del promedio de los últimos diez ciclos.
Como consecuencia de la menor producción, las exportaciones del G8 se reducirían en un 4% con respecto a la campaña anterior y a nivel global el ritmo de comercialización también se vería mermado. Mientras tanto, a nivel mundial, se prevé que los stocks finales alcancen el nivel más bajo desde la campaña 2015/16.
Por el lado de la demanda se proyecta un récord de consumo a nivel global, que ascendería a 804 Mt, principalmente explicado por el incremento en el uso forrajero del cereal, más que compensando las caídas del consumo doméstico directo.
La demanda mundial, agregando consumo doméstico e importaciones, llegaría a las 997Mt, que junto con una oferta más ajustada explicarían una relación stock/consumo que llegaría a mínimos de más de diez años.
Como resultado del nuevo panorama conformado por el informe del USDA, los precios en Chicago reaccionaron en alza. En parte también, la renovada demanda China de exportaciones norteamericanas han ayudado a sostener la tendencia. El gigante asiático ha padecido cuantiosas precipitaciones este año, sufriendo inundaciones sobre la región de Henan, principal zona productiva, condicionando así la calidad y cantidad de cereal disponible.
Con una mirada al largo plazo, la cotización del trigo en Chicago ha tendido a regresar a su nivel “normal”, luego de los estrepitosos precios operados durante el último par de años, atravesado por el conflicto entre dos de los principales productores, Rusia y Ucrania.
Pero ese retorno, al parecer, tiende a posicionarse sobre la cota más elevada de las observaciones, condicionado por las circunstancias de oferta.
Pasando la mirada al plano local, y a las puertas de una nueva campaña triguera que comenzará formalmente el próximo 1ro de diciembre, se proyecta una producción de 14,3 Mt. Como se explicó anteriormente, este guarismo cayó por debajo de las expectativas iniciales como consecuencia del déficit hídrico que afectó la siembra e implantación del cereal. Por otra parte, 4,1 millones de toneladas adicionales provendrían de los stocks remanentes de la campaña en curso.
Como consecuencia de la incertidumbre climática y a la espera de mayores definiciones comerciales, las ventas anticipadas apenas suman 1,8 Mt, un mínimo en la serie para esta altura del año, y de las cuales más de la mitad (56%) se realizaron bajo la modalidad “a fijar”. De este modo, la proporción de mercadería comprometida es únicamente de un 10% de la oferta proyectada, muy por debajo del promedio de los últimos cinco ciclos trigueros.
El pase de campaña, observando las cotizaciones de ajuste del último miércoles en el mercado a término, rondaba los -23 USD, debido a que la cotización NOV23 del Trigo Rosario, ha escalado consecuencia del nuevo régimen cambiario impuesto a inicios de semana. La posibilidad de acceder a un TC diferencial para las exportaciones en general no habría sido descontada por el mercado ruedas antes, y teniendo en cuenta que los contratos de futuro de MATBA-ROFEX se liquidan al tipo de cambio oficial, el valor de ajuste escaló de 247 USD/tn el viernes pasado a 265 USD/tn el jueves de la semana en curso. (BCR)