Agrega que la cosecha argentina no debería tener grandes problemas por excesos en abril. Pero alerta sobre el Severe Weather: “vamos hacia una mayor variabilidad climática, hacia una mayor expresión del Tiempo Extremo, y esto es estructural: vino para quedarse”.
Estamos de lleno con la cosecha en un escenario muy delicado por la pandemia y por los peligros que traerían excesos hídricos en este momento. “Marzo 2020 ha dejado un gran abundancia de lluvias aunque de distribución dispar. Las últimas precipitaciones dejan importantes excesos sobre el centro de la región pampeana y una persistente ausencia de lluvias sobre el corredor sudoeste. Las proyecciones de escala regional muestran un abril con una normalización en el régimen de lluvias”, agrega Aiello ante las recientes tormentas.
Hablamos también de cómo puede influenciar el océano Atlántico las próximas siembras de trigo en Argentina con el Dr. en Cs. Atmosféricas José Luis Aiello. Le preguntamos por el efecto de la pandemia sobre el clima y el calentamiento global. Seguimos de cerca los pasos de “La Niña”, por ahora el enfriamiento se muestra muy gradual, comenta Aiello. También nos advierte por los efectos del Tiempo Extremo en Argentina, que son anomalías del clima en escalas de tiempo cortas que volverán más inestable el clima y más riesgoso hacer agricultura en Argentina.
—José Luis, en los últimos cinco años al menos, estuvimos charlando de que a nivel planetario, entre las temperaturas de áreas terrestres y las de superficie marítima, hemos tenido las temperaturas más altas de los últimos cien años, siendo muchas veces récord. ¿Este párate mundial de la actividad por la pandemia, puede tener algún tipo de impacto el calentamiento global y en el clima?
—Sin dudas que sí. Las emisiones de los gases contaminantes, al haber mucho menos actividad industrial y transporte, han disminuido drásticamente en estos últimos meses.
—El nivel de impacto que tenga sobre la atmósfera, ¿de qué depende?
—El efecto será en función del tiempo que duren las cuarentenas. Hay que tener en cuenta que los contaminantes que ya fueron emitidos tienen una vida de decenas de años. El proceso de calentamiento seguirá activo. Aquí las escalas temporales son de décadas.
—Empezamos abril, estamos de lleno con la cosecha en un escenario muy delicado por la pandemia. En estas condiciones, tener problemas de excesos hídricos sería realmente muy complejo. ¿Qué se puede esperar de las lluvias en este mes? ¿Ves alguna complejidad por excesos hídricos que pueda tener lugar en el norte de Argentina?
—Yo lo veo así: ya hay subregiones con excesos importantes y entramos en un período donde la radiación solar disminuye, por ende la evapotranspiración. Por lo tanto, si reciben más lluvias se complicaría la situación. No obstante, se espera un abril con lluvias cuasi-normales. Excepto en lugares específicos, abril debería permitir la cosecha en el país con normalidad.
—No puedo dejar de preguntarte por el largo plazo, ¿cómo evoluciona el Pacífico? ¿Vamos hacia un escenario Niña?
—Sí, las mayores probabilidades están del lado de un paulatino enfriamiento desde ahora hasta comienzos del verano (diciembre). Por eso venimos hablando de una Niña. Esto ya lo habíamos evaluado, son muy importantes las próximas emisiones. Hasta ahora es algo muy gradual lo que se observa.
—El Atlántico, que últimamente es tan importante, ¿cómo puede jugar en Argentina para la siembra de trigo?
—El Atlántico va a comportarse normal en cuanto a los efectos de provisión de humedad. Diría que lo hará favorablemente. La falta de humedad no creo que vaya a ser un impedimento para sembrar trigo en este 2020.
—José Luis, ¿qué es el clima extremo?
—Es un tema que está siendo muy importante. La expresión clima extremo es incorrecta, dado que debemos hablar del tiempo extremo, pero esto del abuso de notación entre clima y tiempo es recurrente. El tiempo extremo se define como las anomalías de las variables climáticas en escalas cortas de tiempo. Pueden producir intensos pulsos de calor, de lluvia, o sea inundaciones o sequías, y otros episodios que tienen un impacto directo en la producción agropecuaria.
—José Luis, me hablas de clima extremo, tiempo extremo cómo debe decirse y cómo lo llaman los americanos, yo pienso en las anomalías que tuvimos con las lluvias en el invierno y la primavera del año pasado. La falta de agua que se cortó con las lluvias de la navidad y también pensaba en la falta de agua del 17 de febrero hasta el 9 de marzo. ¿Cuánto tuvo que ver en eso esto del Tiempo Extremo?
—La denominación en lengua inglesa es Severe Weather, no es americana pues también la usan los europeos. Y yo aclaro que en la forma hispana usan “Clima Extremo”, cuando en realidad es Tiempo Extremo. Acerca de los últimos episodios que señalas, el hecho que te llevaran a informarlos, fue porque fueron anómalos y es parte de lo que se considera “tiempo extremo”. Lo que informan como pulsos de calor, lluvias, sequías son ese tipo de eventos.
—Esto del Severe Weather, ¿es algo que ves como coyuntural o es algo a lo que vamos a tener que acostumbrarnos en Argentina?
—Muy buena pregunta: no es coyuntural, seguirá repitiéndose en el futuro. De ahí la importancia del seguimiento.
—José Luis, esto también explica la gran variabilidad que expresan los modelos de pronósticos, incluso a 3 o 4 días, cuando vemos las enormes diferencias que muestran?
—Hay que ser cuidadoso, los modelos meteorológicos funcionan en forma continua y “van incorporando las condiciones extremas”, y su validez es “no más de 5/6 días”. Acordate que cuando hablamos de plazos de meses ya debemos referirnos a modelos climáticos, que tienen otras características, y aquí no se consideran los eventos extremos.
— Entiendo que ahora está de “moda el Tiempo Extremo”, ¿Esto es consecuencia del cambio climático?
—Sí, está estrechamente relacionado. Pero el impacto es distinto en cada lugar y la única manera de cuantificar el efecto es medirlo con una red de Estaciones. Tener datos de calidad y de acuerdo a la escala del problema va a volverse cada vez más importante. Me acuerdo cuando arrancamos hace 13 años con el GEA con la red de estaciones automáticas, hoy veo lo acertado que fue. En ese momento había mucho escepticismo por instalar un proyecto científico-tecnológico en la BCR. Pero el seguimiento de los impactos de la sequía como la que tuvimos hace muy poco, que descontó 2 Mt en soja, la precisión y la velocidad con la que se tradujo el fenómeno en daños en la producción de granos es notable. Por todo esto y como te decía antes, vamos hacia una mayor variabilidad climática, hacia una mayor expresión del Tiempo Extremo, y esto es estructural: vino para quedarse. (GEA)