En ciertos foros internacionales, hay opiniones que señalan a Latinoamérica como uno de los grandes emisores de gases de efecto invernadero (GEI), poniendo en el banquillo de los acusados a la agricultura y a la ganadería dentro de los principales contribuyentes a la crisis climática.
Pero el director de Carbon Group, Prof. titular de Edafología en FAUBA y asesor del Panel Intergubernamental Cambio Climático (IPCC), Miguel Taboada, advierte que este enfoque evita hablar de lo importante: “el elefante en el bazar en cuestiones de emisiones son el sector energético y la industria, con la quema de combustibles fósiles que hoy sostienen la vida humana – y sus hábitos de consumo – así como el transporte”. Recién en tercer lugar se cita al sector agropecuario, por ser responsable de aproximadamente un 30% de las emisiones totales del planeta, puesto que asciende a un segundo lugar en países en desarrollo, donde la industria está en pañales.
Dentro de este sector, la ganadería está a la cabeza, ya que, a diferencia de la agricultura, se desarrolla en casi todos los rincones del planeta, muchas veces recurriendo al confinamiento. “Estos sistemas intensivos y estabulados generan más emisiones de metano – producto de la fermentación entérica – que planteos a base de pastoreo”, aclara Taboada.
Yendo a la agricultura, uno de los mayores aportes a las emisiones es la liberación de gases por elaboración y uso de fertilizantes nitrogenados. Otra fuente importante proviene del cambio de uso del suelo y el reemplazo de la vegetación perenne como bosques y pastizales, para hacer cultivos anuales.
Así y todo, no hay que perder de vista que si bien el Agro profundiza en cierta medida los efectos del cambio climático, también es gravemente afectada por el mismo. Estas dos caras de la misma moneda nos imprimen desafíos para ir hacia una agricultura adaptada a nuevos escenarios y con menor impacto ambiental.
En algunas zonas, la adaptación viene asistida por sistemas de riego o represas para afrontar sequía y sistemas de alerta temprana contra granizo, por ejemplo. Así también, salen al rescate las biotecnologías, con desarrollos como el trigo HB4 tolerante a sequía o cultivos resistentes a plagas.
En el camino de la mitigación, el sector puede sumar su grano de arena no sólo mediante prácticas que tiendan a bajar las emisiones – como por ejemplo siendo más eficientes en las aplicaciones de insumos y en el uso del nitrógeno -, sino aprovechando la gigantesca ‘máquina de captura de GEI’ que nos ofrecen las plantas. A través de la fotosíntesis, los cultivos fijan CO2 del aire como carbono orgánico en el suelo, lo que no solo reduce la presencia de este gas de efecto invernadero en la atmósfera sino que aumenta la fertilidad aportando carbono y materia orgánica.
Partiendo del hecho de que ninguna actividad productiva puede ser “neutra” en términos de emisiones, Taboada subraya que la clave está en la eficiencia: “se trata de producir más por unidad de Carbono emitida”. La tendencia de los últimos 15 años muestra que vamos en esa dirección, con un avance de las rotaciones más intensificadas y diversas que incluyen cultivos de servicios y segundos cultivos en la secuencia. La ganadería bajo pastoreo o en planteos silvopastoriles no se queda atrás, demostrando que también puede ser parte de la solución.
La Siembra Directa (SD) aparece como una aliada indispensable para cuidar el mayor sumidero de Carbono terrestre: el suelo. La SD reduce el uso de combustibles fósiles (que consumen los implementos de labranza) además de evitar la pérdida de carbono por efecto de la erosión.
El fenómeno de la Agricultura Siempre Verde, que fomenta agroecosistemas vivos todo el año, acompañado de la adopción de tecnologías AgTech, agricultura por ambientes y de precisión representan un gran paso hacia formas de producir más y emitir menos.
Argentina es líder mundial en la adopción de estas herramientas y en su adaptación a cada realidad productiva. Sin embargo, queda un camino por recorrer para mostrar que somos eficientes. ¿Cómo transformar esas oportunidades en captura de valor para posicionar al país en el escenario mundial? Estos temas tendrán un lugar especial en el próximo Congreso Aapresid “A Suelo Abierto”, que vuelve a la presencialidad del 10 al 12 de agosto en Rosario. Allí, especialistas de lujo como Taboada hablarán sobre el cambio climático, su efecto sobre la producción Argentina y posibles estrategias para la mitigación y adaptación a nuevos escenarios.
Fuente: Aapresid