La gran mayoría de las explotaciones agropecuarias de la Argentina son empresas familiares. El mando pasa de generación en generación y la empresa no solo termina siendo un punto de acceso de dinero para colaborar a la economía familiar, sino también el epicentro de expectativas, sueños y desafíos de crecimiento.
¿Qué productor no mira el campo y se conecta con su abuelo que lo sembró por primera vez hace casi 100 años? Las anécdotas nos acercan a esos tiempos donde los viejos llegaban de Europa, se subían a un tren que lo depositaban en el lugar – a veces inhóspito – a cientos de kilómetros de la gran ciudad. Cada familia es una historia, pero a todas las une algo particular; El cariño por las raíces, que muchas veces está materializada en la empresa agropecuaria que fue pasando de generación en generación.
Volviendo al presente, y uniendo cabos, es preciso mencionar que existe un gran desafío en los traspasos generacionales dentro de las empresas agropecuarias de nuestro país: Solo el 30% de las empresas agropecuarias pasa a la 2da generación.
Este dato debe invitarnos a reflexionar cómo se están gestionando internamente los traspasos generacionales en las empresas: ¿Quién acompaña estos procesos? ¿Hay alguien que esté nivelando expectativas entre la generación que sale y la generación que entra? ¿Cómo se logra el éxito en el traspaso que es, a fin de cuentas, lo que todos quieren?
Los expertos de Grupo Cencerro trabajan este tema y ven grandes diferencias entre las empresas que se embarcan en estos desafíos de “hacer un buen traspaso” y en las que no hacen el ejercicio.
La experiencia de estos especialistas indica que los buenos resultados traen asociados algunos condimentos generales:
Construir liderazgos más horizontales: Durante el traspaso se aprende a ceder y a construir decisiones en equipo. Ya no trabaja el “jefe de familia” solo. El consenso es clave.
Toma de decisión basada en datos y análisis previo: Las decisiones se fundamentan con información, basada en datos propios y ajenos, con una eficiente administración de la información. Esto no implica que se desvalorice la intuición; Es un complemento para potenciar las decisiones, tomadas con mayor evidencia.
Planificación: Las acciones se planifican, desde un aumento de personal en el equipo, hasta la apertura de una nueva unidad de negocio. La planificación disminuye la incertidumbre y termina siendo una gran oportunidad de aprendizaje para la generación entrante.
¡Así puede aportar la gestión en una transición!
Sin lugar a dudas, el tema transiciones generacionales dará mucha tela para cortar en el sector y las empresas que “hagan punta” gestionando este desafío serán las que potencien sus destinos de generación en generación. A nosotros nos verán siempre apoyando para que, en unos 50 años más, sean más empresas las que sigan de pié que las que quedaron en el camino.