Las lluvias calmaron la situación de estrés térmico pero no llegaron a tiempo para evitar el daño por calor. El ciclo del cultivo se aceleró, se acortó la fase de llenado y aumentó la posibilidad de generar granos chuzo, lo que implicaría una baja en el peso hectolítrico. El este cordobés es el área más afectada ya que se estima una merma del 10% en el rinde, siendo que se esperaba de 36 a 40 qq/ha en promedio. En la región el cereal transita el estadio de llenado de granos en un 72% de la superficie y la calificación “regular” ascendió de 5 a 11% en una semana. Sin embargo, un 56% de los cuadros sigue manteniendo muy buen estado.
Los lotes de maíz de primera transitan los estadios vegetativos y están entre tercera y séptima hoja. Algunos fueron fertilizados y controlados por orugas cortadoras. Se enciende la alerta por la presencia de cogollero en materiales BT. Pese a ello, el cultivo mantiene muy buen estado en un 46% de los lotes. Hay áreas del norte de Buenos Aires que están anegadas y pueden sufrir pérdidas de plantas por asfixia radicular.
La zona de Monte Buey e Inriville fue fuertemente afectada por granizo la madrugada del viernes 29 de octubre. Las mermas en trigo ascienden a un 80% por el severo desgrane que ocasionó el fenómeno. Los lotes alcanzados con maíz de primera en sus estadios vegetativos tempranos tienen posibilidades de retomar el crecimiento.(GEA)