Las gramíneas tolerantes y resistentes tuvieron su aparición en forma agresiva a partir de la campañas 2012/2013. Desde entonces, la problemática se fue incrementando y hoy afecta a más del 70% del área sembrada en la región NOA y NEA. Además, se prevé que continuará hacia otras zonas agrícolas.
Estas malezas son muy difíciles de controlar porque tienen una altísima producción de semillas por planta, gran facilidad de dispersión de las mismas, nacimiento durante todas las estaciones del año, alta adaptabilidad al ambiente y pueden generar resistencia a varios herbicidas de diferente modos de acción. Además, influye su ciclo de crecimiento ya que no sólo hay gramíneas de ciclo anual, como Echinochloa o Urochloa, sino que además hay perennes como el Sorgo de Alepo, Chloris y Papophorum.
En la actualidad ya no es posible controlar las malezas con una sola herramienta química. Por este motivo, las gramíneas tolerantes y resistentes al glifosato obligan al productor agropecuario a implementar estrategias integrales para lograr un control efectivo. “En este contexto, BASF viene realizando numerosos ensayos de herbicidas con el objetivo de analizar las distintas problemáticas de cada zona”, sostiene Pedro Bazzi, Coordinador de Desarrollo de Mercado de BASF en la zona del Norte argentino.
De esta manera, Bazzi brinda algunas recomendaciones fruto de los trabajos realizados a partir de la información relevada que brinda el Programa Experto en Malezas.
Bazzi asegura: “Comprobamos que las Imidazolinonas como el herbicida Interfield (Imazetapir + Imazapir), aplicado junto con glifosato y aceite metilado de soja (MSO), son una excelente herramienta para el control efectivo no sólo de plantas instaladas (hasta 20 cm de altura) sino también controlan nacimientos provenientes del banco de semillas que están presentes en cada lote previo a la siembra del cultivo de soja”. Por otro lado, Interfield permite arrancar la siembra con el lote libre de malezas y controlar camadas de nacimientos posteriores a la aplicación. El Ing. Bazzi también destaca: “debemos implementar un sistema de manejo con la utilización de otros herbicidas que actúen en sitios de acción diferentes como los graminicidas (ACCasas) que deben ser tenidos muy en cuenta, no sólo para lograr niveles de control mayores sino también para reforzar la estrategia anti resistencia.
Otra herramienta que sugiere el Programa Experto en malezas, para el control de gramíneas, es la rotación con el cultivo de maíz porque permite la inclusión de otros herbicidas como Convey®, un post emergente de gran selectividad, que asegura un excelente control y lo convierte en una herramienta potente para reducir el banco de semillas.
Por último, Bazzi resalta: “es fundamental tener en cuenta un sistema integrado para el manejo de estas malezas difíciles con el fin de evitar el agravamiento de la problemática que no sólo disminuyen las expectativas de cosecha sino además la rentabilidad del sistema productivo.