Al momento de analizar el ciclo agrícola completo, son numerosas las experiencias donde la introducción de cultivos de cosecha o de cobertura en base a leguminosas o cereales están siendo exitosas, tanto a nivel comercial como productivo. El uso de cultivos de cobertura y “abono verde” como vicia y cultivos de cosecha como arvejas o garbanzos, en zonas donde es posible hacerlo por régimen hídrico, están dando excelentes resultados en cuanto a los niveles de producción de los cultivos de gruesa, tanto por facilitar el control de malezas difíciles, como para reducir los niveles de evaporación de las reservas hídricas Pero esta práctica trae también, como consecuencia, la supervivencia de plagas como isocas y chinches, que normalmente eran debilitadas en el barbecho invernal.
Sumado a esto, el último invierno no ha sido demasiado crudo en cuanto a las temperaturas, por lo que la tasa de supervivencia de las plagas es alta y las Isocas Bolilleras y Medidoras, además de Chinches de los Cuernos, de la Alfalfa y Alquiche, están siendo vistas con mayor frecuencia que en años anteriores. Por eso se ven más ataques de orugas Bolilleras al inicio del cultivo de soja, además de la presencia de diferentes especies de chinches afectando al cultivo ya no en febrero y marzo, como era habitual, sino en el mes de diciembre y enero, junto con ácaros como arañuelas en períodos de estrés hídrico en las etapas iniciales de los cultivos, entre otros.
En estos estadíos tempranos de los cultivos de gruesa, como así también en la salida de los cultivos invernales, hay que implementar estrategias de control que favorezcan el volteo de las plagas presentes y que den un período de, al menos, 15 días de efecto residual, ya que la finalización del ciclo de los últimos como el crecimiento de los primeros diluye la cantidad de productos protectivos utilizados, por lo que en estos momentos y ante la posibilidad de tener que repetir tratamientos, se impone una estrategia de maximizar el control a un costo competitivo.
El Acefato, principio activo de la familia de los organofosforados y en base al cual está formulado Orthene®75 SP, brinda un excelente control de isocas como Anticarsia gemmatilis, Pseudoplusia includens, Spodoptera frugiperda y Rachiplusia nu, además dechinches como Piezodorus guildinii, Nezara viridula, Euchistus heros, Dichelops furcatus y Edessa meditabunda por su actividad sistémica y de penetración rápida además de un efecto residual interesante (hasta 15 días).
Orthene® 75 SP se presenta en un novedoso envase de dilución directa dentro del tanque de pulverización (bolsa hidrosoluble) y dentro de una bolsa de polietileno multicapas de alta densidad con dos grandes ventajas: evita el contacto directo del producto con el aplicador y anula completamente los malos olores característicos del principio activo en otras presentaciones.
Orthene® 75 SP tiene baja clasificación toxicológica, no afecta a los animales superiores y es la forma ideal de reemplazar a productos cuya comercialización y uso ha sido prohibida como todos aquellos formulados en base a Endosulfán.