Las lluvias otoñales habían sido la mitad que la que registraron este 2023, y el déficit hídrico se extendía sobre el 100% de la región. En ese contexto la siembra de trigo estaba atascada en el 65% – de las 1,43 Mha proyectadas- y el final era incierto. Finalmente terminó sembrándose un 10% menos.
Hoy el foco esta puesto en el 25% del área triguera que resta por implantar – de las 1,1 M ha proyectadas- y que ya requieren de nuevas lluvias para continuar ¿Qué dicen los pronósticos? El consultor Ellorriaga explica que se espera que junio cierre con algunas lluvias moderadas, dentro de las habituales para el semestre frío. Sin embrago, difícilmente provocarán modificaciones de importancia en el estado actual de los perfiles. Habrá que esperar que avanzando en el invierno y con un Niño que irá fortaleciéndose, las precipitaciones comiencen a mostrar un comportamiento un poco más generoso para las siembras, en particular, del oeste.
Fuente: GEA