El clima para la campaña 17/18

Las precipitaciones serán moderadas. ¿Sin Niña?

El informe de Perspectivas Agroclimáticas de la Bolsa de Cereales difundido hoy señala que durante el invierno y los primeros días de la primavera 2017, el Océano Pacífico Ecuatorial se enfrió considerablemente, abandonando el estado de “El Niño” que mantuvo durante las dos temporadas precedentes, y pasando a un estado neutral frío.

No obstante, durante Octubre y los primeros días de Noviembre este proceso perdió fuerza, reduciendo las probabilidades de alcanzar un estado de “La Niña” durante la campaña en curso. Asimismo, se prevé que el Océano Atlántico permanecerá caliente, compensando en buena parte los efectos negativos del enfriamiento del Océano Pacífico.

La circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activada, produciendo una alternancia entre lapsos cálidos, con riesgo de tormentas severas, y marcados descensos de la temperatura, con riesgo de heladas primaverales tardías.

En el corto y el mediano plazo, esta evolución producirá una progresiva moderación en las precipitaciones, aliviando la presión sobre los extensos anegamientos e inundaciones que afectan a los campos bajos de varias provincias argentinas. Desafortunadamente, el escurrimiento superficial y profundo desde los campos altos hacia los bajos, hará que la reducción de los excesos hídricos sea lenta.

En el largo plazo, el lento pero progresivo enfriamiento del Océano Pacífico podría llevar al desarrollo de un episodio de “La Niña”, que podría afectar a la campaña agrícola 2018/2019. Dado que esta tendencia es incipiente, será prudente continuar vigilando la evolución del clima hasta tanto pueda arribarse a un diagnóstico certero.

La primavera continuará observando signos moderados del cambio en la circulación atmosférica asociado al enfriamiento del Océano Pacífico. Como consecuencia, Perú, Bolivia, el norte de Chile, el NOA, la Región Occidental del Paraguay, el norte y el centro del área agrícola del Brasil, el oeste de la Región del Chaco, el este de Cuyo y el noroeste de la Región Pampeana recibirán un flujo de calor y humedad algo superior al promedio, observando precipitaciones tempranas superiores al promedio, con riesgo de tormentas severas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales.

Contrariamente, el centro y el sur de Chile, el oeste y el centro de Cuyo, el sur del área agrícola del Brasil, la Región Oriental del Paraguay, el centro y el este de la Región Pampeana, la Mesopotamia y el Uruguay experimentarán una influencia negativa, ya que en este extenso dominio los efectos del enfriamiento del Pacífico son desfavorables.

No obstante, el calentamiento del Océano Atlántico y la evaporación proveniente de las áreas anegadas e inundadas (Círculo blanco) compensarán en buena medida este efecto negativo, dando un régimen hídrico alterado pero cercano a la media en sus valores acumulados.

La circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activada. Por un lado, se producirán largos períodos cálidos, con riesgo de tormentas severas con granizo, vientos y aguaceros torrenciales. Por otro lado, tendrán lugar cortos pero muy intensos descensos térmicos, con riesgo de heladas primaverales en gran parte de La Argentina y el Uruguay, aunque sin llegar a Bolivia y el Paraguay.

Verano 2017

El verano 2018 observará un acentuamiento de la tendencia descripta. Perú, Bolivia, el norte de Chile, el NOA, la Región Occidental del Paraguay, el norte y el centro del área agrícola del Brasil, el oeste de la Región del Chaco, el este de Cuyo y el noroeste de la Región Pampeana, observarán precipitaciones moderadamente superiores al promedio, con riesgo de tormentas severas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales.

Por otra parte, el centro y el sur de Chile, el oeste y el centro de Cuyo, el sur del área agrícola del Brasil, la Región Oriental del Paraguay, el centro y el este de la Región Pampeana, la Mesopotamia y el Uruguay recibirán un aporte de humedad cercano al promedio.

El calentamiento del Océano Atlántico y la evaporación proveniente de las áreas anegadas e inundadas intensificarán localmente las precipitaciones, haciendo que las áreas afectadas por anegamientos (Círculo blanco) experimenten precipitaciones superiores al promedio regional. No obstante, la intensa evaporación provocada por los fuertes calores estivales comenzará a reducir el nivel del agua. La circulación entre el Ecuador y el Polo Sur continuará muy activada, alternándose prolongados lapsos cálidos, con cortos pero intensos descensos térmicos, que darán oportunas pausas en el calor.

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