Las empresas agrícolas que permanecen en el tiempo son aquellas que lograron manejos adecuados en los aspectos productivos y comerciales, entrenadas para enfrentar los vaivenes de la economía nacional e internacional.
Aspectos productivos
El clima juega el rol protagónico a la hora de convertir cada centavo invertido en rendimientos que generen rentabilidad en las empresas. Entonces, deben contemplarse los pronósticos y tomar decisiones de manejo sobre la base de aquéllos. Para este año se esperan precipitaciones por debajo de lo normal en algunas zonas del centro y del este del país, en diciembre y enero, meses claves para definir rendimientos de soja y maíz. Por otro lado, el monitoreo de insectos y el control de malezas y enfermedades marcarán la diferencia entre lotes bien manejados de aquellos descuidados, frente a un verano que no se presenta con lluvias abundantes como veníamos acostumbrados.
Aspectos comerciales
La rentabilidad proyectada para soja de primera según los costos promedio y precios futuros del Matba, en campo alquilado de la zona núcleo, puede alcanzar un 13% en dólares. En maíz de primera se puede aspirar al 10% como promedio.
No obstante, estas rentabilidades se modifican drásticamente con leves cambios de precios y/o rendimientos. Si se considera la renta ofrecida por algunos bonos en dólares, de 6 a 8% anual con mínimo riesgo, no es de extrañar que las rentas agrícolas en campo alquilado estén cada vez más tensas y pongan al empresario en la disyuntiva de continuar o no.
Comercialización de granos. Campaña 2017/18
Tanto soja como maíz, a menos de seis meses de la cosecha, tienen comprometido el 11 y 10% del volumen 2017/18 proyectado en contratos forward, mientras que en el Matba la soja tiene coberturas por un volumen equivalente al 10% de la futura cosecha; el maíz alcanza al 3,4%. Se ve que para los tres granos hubo contratos de venta futura en mayor volumen con la modalidad forward, comparado con los volúmenes operados en el Matba. De los tres principales granos, la soja es la que más se opera en los mercados a término.
Significa que falta comercializar el 89% de la futura cosecha de soja, y que el 79% de soja esperada no tiene ninguna cobertura, ni de precio ni de entrega, mientras en maíz falta comercializar el 90% y queda sin cobertura el 86%.
Los productores deberán continuar planificando la comercialización de la mercadería previa a su cosecha, asumiendo que estos contratos son herramientas que aumentan la capacidad de negociación de la empresa agrícola, poniendo limite al riesgo precio y abriendo posibilidades de captar mejoras cuando el mercado lo permite.
Conclusiones
Las empresas agrícolas que permanecen en el tiempo son aquellas que instrumentaron manejos adecuados desde lo productivo y lo comercial, entrenadas para enfrentar los vaivenes de la economía nacional e internacional. Las empresas que logran crecer y desarrollarse más allá de lo heredado, son aquellas que aprenden a gestionar herramientas que amplían su capacidad de negociación en el corto y mediano plazo. Cada uno elige qué empresa desea administrar: una que permanece o una que crece y amplía su visión hacia las nuevas generaciones.
Fuente: Marianella de Emilio. INTA Las Rosas
