¿De toma de ganancias a cambio de tendencia?
El informe de Adriano Mandolesi, Analista de Mercados Roagro
Cierre de una semana negativa para el mercado de granos. Las bajas durante la semana superaron los U$S 8 para la soja, hasta alcanzar el mínimo valor en el últimos mes luego de completar tres semanas de bajas consecutivas. Por su parte el maíz recortó U$S 10 y el trigo U$S 15 en el mercado de Chicago.
Esta corrección en el mercado de granos era esperada luego del rally vivido semanas atrás. Los fondos especulativos comenzaron a revertir su posición y actuaron como netos vendedores de contratos en soja y maíz, al compás de perspectivas climáticas más favorables para el “cinturón maicero Norteamericano” y nuevos signos de interrogación sobre la demanda.
Tampoco ayuda al mercado de commodities en general, las nuevas preocupaciones sobre la economía mundial, luego de que la actividad empresarial de la zona euro comenzará la segunda mitad del año con menos fuerza que la esperada y que el sector fabril de China registre su mayor contracción en 15 meses en julio, con una caída en los pedidos que deprimió la producción. Además nuevas señales por parte de la titular de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre la posibilidad de elevar las tasas de referencia antes de fin de año le restan atractivo a las materias primas en general.
De todas formas, sabemos que bajo las leyes de oferta y demanda, ante menores precios aumenta la demanda y por eso es probable que con estos valores las compras chinas se incentiven y desde el gigante asiático se busque asegurar margen. Resta ver qué pasará en las próximas semanas pero es probable que los niveles actuales sean cercanos a los pisos.
En el corto plazo será fundamental como se desarrollen las condiciones climáticas y el impacto que tengan en el estado de los cultivos.Recordemos que después de las abundantes precipitaciones durante el mes de junio, los principales estados productores de Estados Unidos presentaron un clima más favorable que permitió una mejora en las perspectivas para la soja y el maíz.
De cara a los próximos meses, luego del período climático, será clave cuando finalmente se comiencen a contar las espigas y las vainas.Momentos en los que siempre aparece alguna sorpresa. Si los rindes esperados distan de los potenciales es probable que tengamos algún nuevo rally de precios más adelante.
A nivel local, el tipo de cambio cerró a $ 9,068 / 9,168 para compra y venta respectivamente, prolongando la tendencia a convalidar microdevaluaciones diarias. Una política inconsistente en el largo plazo y con un escenario de inflación que supera el ritmo devaluatorio generando un fuerte atraso cambiario que más temprano que tarde deberá corregirse.
Lo cierto es que cada día queda más en evidencia que el mal llamado “modelo” de los últimos años fue un fenomenal efecto riqueza derivado de años de bonanza para los países productores de commodities en general y alimentos en particular.
Hoy quedan sólo vestigios de esos años de bonanza. Si la crisis económica actual del país no es mayor es producto del sector agrícola ya que en términos históricos los precios siguen siendo elevados, el problema micro (de cada productor en particular) pasa por el fuerte aumento de costos y las inconsistencias en las políticas comerciales como la apertura de ROEs.Así los datos durante el primer semestre de este año mostraron que la participación del complejo sojero en las exportaciones argentinas alcanzó un récord del 30,0% versus 29,0% y 23,6% en el mismo período de 2014 y 2013 respectivamente. La caída de precios fue compensada por una producción record de 61 millones de toneladas. Como algunos prefieren decir, “soja y suerte”.
Para los productores el panorama sigue siendo muy incierto. En el caso del trigo la exportación se muestra alejada del segmento disponible y la molinería hace énfasis en los requerimientos de calidad para abastecerse de mercadería.
Pensando en la campaña entrante, la soja luce como el único cultivo con mejor ecuación económica para la zona núcleo, proyectando costos de producción de casi 21 qq/ha con los precios actuales y sin considerar gastos de estructura y de alquiler, si bien no son números muy alentadores, todo indica que es la mejor opción ante esta coyuntura. En este sentido la eficiencia, el profesionalismo a la hora de manejar el riesgo financiero, la tecnología y el control oportuno serán fundamentales para obtener beneficios, siempre y cuando el clima permita obtener una nueva cosecha con buenos rindes.