En el último trimestre de 2019, el Índice de Competitividad de las Economías Regionales que elabora Coninagro experimentó una caída del 1,7% interanual, manteniendo la tendencia negativa por séptimo trimestre consecutivo. La desmejora en la competitividad de las economías regionales del tercer trimestre se debe al deterioro de 5 de las 7 dimensiones que componen el indicador.
Con excepción de “Calidad y Diferenciación” y del “Sector Externo”, el resto de las dimensiones se ubicaron en rojo. La dimensión de “Infraestructura” fue la que de peor desempeño presentó con una caída interanual (i.a.) del 35,2. Por su parte, el gasto de capital proveniente de la Administración Nacional se redujo en 65,2% i.a.
La dimensión “Entorno Macroeconómico e Institucional” también reflejó la crisis económica por la que atravesó de junio y septiembre, luego de que el resultado de las PASO trajera consigo la tercera corrida cambiaria de los últimos dos años. El indicador de consumo de cemento per cápita (variable correlacionada con el nivel de actividad) profundizó su caída a 13,7% i.a., así como el salario real (-6,2% i.a) y el empleo (-1,2% i.a.) y la reducción de los préstamos al sector privado (11,4% i.a.) ante tasa de interés prohibitivas.
Por su parte, el “Desempeño Económico” se redujo 3,9% i.a. debido a que el precio percibido por el productor agropecuario mostró un retroceso en términos reales de 8,9% i.a., al mismo tiempo que el costo de producción promedio se incrementó por sobre la inflación. En esta línea, los combustibles, la energía eléctrica y los insumos dolarizados fueron afectados por la crisis cambiaria post PASO que envolvió una devaluación de 29% en el trimestre. En contraposición, dentro del pilar, el indicador de cantidades (consumo y producción) creció 1,6% i.a, principalmente de la mano de una mayor oferta de grano, maní y algodón.
Por su parte, la dimensión “Población” cayó un 1,1% i.a. Debido al empeoramiento que mostró el nivel de pobreza (-4,8% i.a.) y el indicador de cobertura médica (-1,0% i.a.).
Los número positivos vinieron de la mano de “Sector Externo” y “Calidad y Diferenciación” al igual que en el segundo trimestre. “No obstante, la diferencia entre ambos periodos radica en que en el tercer trimestre la competitividad cambiaria se redujo levemente. Dicha caída se debió a que, a pesar de que el Peso se depreció más de 46% anual promedio y la inflación se ubicó en torno al 55%, resultando en una caída del tipo de cambio real”, sostiene el informe.