Desde CARSFE, recibieron con beneplácito el reconocimiento explícito de las necesidades que el sector atraviesa y que, además, comiencen a esbozarse iniciativas que promuevan una mayor producción, para así satisfacer, sin sobresaltos, la demanda del mercado doméstico y, a la vez, atender las oportunidades que brinda la exportación.
“Un sinnúmero de factores son los que deben contemplarse en un plan que tenga esos objetivos: metas específicas en cuanto al stock productivo, condiciones sanitarias que impulsen la productividad y cumplan requerimientos comerciales, producción de forrajes, tecnologías reproductivas, infraestructura rural (interna en los establecimientos ganaderos y vial, eléctrica, de conectividad, sanitaria, entre otras, tranqueras afuera), asesoramiento técnico, financiación y, especialmente, de previsibilidad en cuanto a la estabilidad de acceso a condiciones de mercado que posibiliten la competencia con otros proveedores globales de carne”, evaluaron desde la entidad.
En definitiva, coincidieron que “es necesario que se contemple una extensa gama de condiciones y situaciones, que permita un horizonte certero e impulse a la asunción de riesgos empresarios, tales como la inversión y el endeudamiento. Son, en definitiva, las que constituyen la tan deseada previsibilidad, que debe estar siempre acompañada por la confianza en que las autoridades actuales y futuras establecerán caminos ciertos y conocidos, de largo plazo”.
En ese sentido, sabiendo que el plan tiene un componente preponderantemente financiero, “consideramos imprescindible que se establezcan planes de trabajo que vayan más allá de la coyuntura política actual, y que las instituciones que representan a los productores puedan participar de la creación de esos lineamientos, para realizar aportes constructivos, realistas y posibles”.
Es necesario que los recursos económicos a aplicar, de acuerdo a su destino, tengan al menos dos vertientes: el Estado debe realizar a su costo las postergadas obras de infraestructura, en todos los órdenes, para crear el ámbito apropiado para la producción y la vida en el campo; en tanto, los productores tendrán que proveer (con el debido acceso a las herramientas necesarias), lo dirigido a crecer productivamente y consolidar la oferta de lo producido.
Mientras tanto, desde CARSFE solicitaron “que el Plan que ahora se pone a consideración tenga condiciones de acceso razonables en cuanto a las exigencias que plantea, en un marco de absoluta transparencia, y que cuente con el decidido apoyo de las instituciones financieras al momento de tramitar las solicitudes y realizar las aprobaciones correspondientes, para evitar que la burocracia obstruya su otorgamiento, tal como ha sucedido en el pasado”.
En resumen, valoran el reconocimiento oficial de las necesidades y que se despierte la iniciativa, que aunque insuficiente, sea el punto de partida para una mejora sostenida y perdurable. “Estamos siempre dispuestos a trabajar por el bien común, pero con objetivos concretos, sin promesas vanas y entendiendo que todos debemos aportar para la construcción de un proyecto compartido de Nación”, dijeron.