La Feria y Seminarios de las Producciones Alternativas e Intensivas, avanzará en el protocolo para que varias producciones de la región, ingresen en diferentes mercados locales, regionales y provinciales, a través de la marca santafecina “Productos de Mi Tierra”, que desde el año 2010, busca expresar calidad y formalidad en los sistemas de elaboración. Se espera que las producciones, con el aval del ministerio de la Producción de Santa Fe, garanticen los atributos que se pretenden de la agroindustria familiar, de toda la provincia.
En su 14° edición, este será uno de los principales punto de intercambio y proyección que tendrá la Feria.
También un esquema estratégico que permita mejorar las formas de comercialización de los productores y la integración de las mismas, en un sistema de redes. Para ello, la Asociación Civil Fespal dispondrá de una serie de fondos, otorgados por el gobierno de Santa Fe, que permitirá avanzar en los primeros pasos del proyecto.
Por su parte, en lo que resta del 2014, se comenzará a constituir -por tramos- una primera etapa de un fondo crediticio rotatorio para el desarrollo de las pymes y emprendimientos surgidos en la Feria y Seminario de las Producciones Alternativas.
Fespal, está a punto establecer un vínculo de reciprocidad con el deportista, cocinero y escritor Martiniano Molina. Se trata de dar impulso a las producciones orgánicas y agroecológicas de la zona, a través de la fundación que conduce y sus restaurantes de éste estilo. Del proyecto, formarán parte la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario y la Comuna de Chabás, reconocida como Capital Nacional de las Producciones No tradicionales
Grandes mercados
Para FESPAL (Chabás), que se ha transformado el centro de discusiones sobre políticas de desarrollo para las producciones alternativas del país, una de las mayores preocupaciones pasa por determinar cómo se distribuye un caudal de productos crecientes, en los principales puntos gourmet del país, ya que el gran consumo y la demanda se concentran en las grandes ciudades. “Se necesita un trabajo asociativo, asistido por el Estado y que permita formas de comercialización en conjunto”, remarcó Héctor Busilacchi, director técnico de la muestra.
Desde hace tiempo, este ingeniero viene remarcando la necesidad de desarrollar una agricultura y costumbres alimenticias alternativas que permitan un uso consciente de la naturaleza y sus recursos y no empobrezca las perspectivas de vida de las futuras generaciones de todos los continentes.
“Parte de esto, ya se está aplicando en muchas naciones del mundo, que reconocieron los daños ocasionados y tomaron una dimensión distinta de la producción el consumo y el comercio. Es decir, no es casual que las producciones orgánicas muevan un mercado anual cercano a los 60 millones de dólares. El mundo ya cuenta con 30 millones de hectáreas de producción orgánica y aunque no se note, Argentina lidera la producción y consumo de productos orgánicos de origen vegetal y animal del Mercosur. Otro tanto, se llevan las producciones no tradicionales e intensivas. Detrás están Uruguay y Brasil” resaltó Busilacchi.