Ya es conocida la excelente performance del mercado agrícola brasileño durante la presente campaña agrícola 2013/2014 donde se espera una producción de soja de 86 millones de toneladas1, lo que representa un máximo en la historia del país. Al igual que Brasil, Argentina, si bien lejos de alcanzar los valores estimados para su par brasileño, también estaría por obtener un volumen record, de casi 55 millones de toneladas.2
Tanto uno como otro se constituyen como grandes proveedores de alimentos del mundo. En lo que a soja se refiere, ambos poseen un significativo perfil exportador, despachando al exterior gran parte de su producción, ya sea en forma de grano sin procesar, o como un producto agrícola con valor agregado.
Sin embargo, a pesar de esta semejanza aparente, existen diferencias estructurales intrínsecas al sistema de producción agrícola de cada país, que es interesante poner en evidencia y comparar.
Producción
La gran importancia del cultivo de soja es similar en Argentina y Brasil, ya que la oleaginosa ocupa más del 50% del total del área sembrada con granos en cada país.
En este sentido, la gran diferencia entre ambos mercados se da, como sería de suponer, en la extensión de la superficie utilizada y el volumen producido: no sólo el área dedicada al cultivo en Brasil es mayor (30 millones de hectáreas, contra poco mas de 20 para el caso argentino), sino que también su tierra agrícola es más productiva. La cantidad de grano obtenido por hectárea sembrada es más elevada que en el caso de su par argentino: para esta campaña se espera un rendimiento de 2,87 Tn/Ha en el país vecino, mientras que para Argentina se estiman 2,7 Tn/Ha. Si bien estos valores varían año a año, dependientes fundamentalmente de las condiciones climáticas, lo anterior se constituye como una verdadera ventaja de Brasil frente a nuestro país.
Procesamiento
En la etapa secundaria del proceso productivo de la soja, esto es, el procesamiento del haba para su conversión en un producto con mayor valor agregado, Argentina corre con una amplia ventaja. Tal como ha quedado de manifiesto en ediciones anteriores de este Informativo Semanal, el país posee un polo de crushing único en el mundo, que se caracteriza por su eficiencia, concentración y última tecnología. De hecho, en el cuadro se puede observar que, si bien Brasil produce más toneladas de habas de soja, nuestro país posee una capacidad teórica de procesamiento mayor: alrededor de 68 millones de toneladas por año, contra 45,5 millones de Tn de capacidad instalada en Brasil.
Como consecuencia directa, Argentina procesa el 67% de su producción de soja, mientras que su par brasilero el 43%. Esto hace que ambos obtengan cantidades similares de derivados oleaginosos y subproductos en valor absoluto, pero la participación argentina en el crushing es relativamente mayor.
Mercado
Por último, cabe analizar brevemente qué sucede con la comercialización de soja y sus derivados por parte de cada país. Claramente, ambos poseen un gran perfil exportador de su complejo oleaginoso; solo que difieren en el producto exportable: mientras Brasil despacha más del 50% de su producción de habas de soja, Argentina sólo el 15%. A la inversa, este último exporta el 95% de su producción de harina, y el 65% de aceite, mientras que el primero sólo el 48% y 20%, respectivamente.
El comportamiento comercial de ambos países es también una consecuencia directa de lo comentado en los apartados anteriores: como Argentina posee ventajas comparativas en la industrialización, es capaz de exportar productos con mayor valor agregado; mientras que Brasil, por su superioridad en el volumen de producción de habas, es capaz de despachar más granos sin procesar.
Por otro lado, el consumo interno de los derivados de soja también es disímil en cada país e influye sobre el desempeño comercial de cada uno. Brasil solo puede exportar el remanente de la producción luego de suplir su amplia demanda interna, pero Argentina, por poseer una cultura alimenticia poco abocada a productos de soja y derivados y menor uso para alimentación animal, puede despachar un amplio porcentaje de sus productos procesados.
Consideraciones finales
La soja es un cultivo fundamental para las economías de Brasil y Argentina, no sólo por su participación en la producción de granos total, sino también porque es una de las principales fuentes de originación de divisas, a través de las exportaciones.
No obstante esta similitud bastante general, mirando con mayor profundidad se observan ciertas diferencias estructurales. Por un lado, el gran Brasil, con su basta superficie fértil y la potencial expansión de su frontera agrícola, sumado a un clima y una composición del suelo óptimos para la producción de soja, posee una gran ventaja en la producción del grano. Por el otro lado, el eficiente polo de crushing de Argentina brinda condiciones insuperables para el agregado de valor en origen de las commodities agrícolas.
Tal como se puede concluir de todo lo expuesto anteriormente, no se puede hablar de un “mejor” o “peor” en el mercado de soja; ambos países poseen ventajas y desventajas comparativas que los hacen únicos y les permiten explotar mejor sus superioridades.
Autora: Florencia Matteo – Fuente: BCR
1 Companhia Nacional de Abastecimento (Conab) – Ministério da Agricultura, Pecuária e Abastecimento (MAPA). Brasil.
2 Guía Estratégica para el Agro (GEA). Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Argentina.