Gobernador Maciá es un municipio del distrito Raíces al Sur del departamento Tala, en el centro de la provincia de Entre Ríos. Es la capital nacional de la miel y parece que por ahí se toman muy en serio la biodiversidad. Es el caso de Fabio Koch (47), cuarta generación de productores que hoy trabaja unas 2.000 hectáreas -el 90% alquiladas- “que impactan como si fueran más de 4.000”, dice. ¿Por qué? “Porque tratamos de tener el suelo cubierto todo el año, haciendo dos cultivos por campaña y, cuando se puede, incluso tres”, argumenta.
Sin ser agrónomo, Fabio Koch es un apasionado de la agronomía. Dice que ser productor es un oficio heredado que ama y disfruta y siempre lo impulsa a ir más allá: “No solo por mí, también en beneficio de los que vendrán atrás, de nuestros hijos, para dejarles algo mejor de lo que hemos recibido”.
Koch acaba de adquirir una cosechadora LEXION 7600 TERRA TRAC con cabezal HERA de 42 pies que ya hizo sus primeras hectáreas en la cosecha de un cultivo de camelina. Es que en el campo de Koch el vocabulario agrícola tiene nuevas palabras. Además de soja, maíz y trigo, se siembran cultivos como carinata, camelina, vicia villosa, poroto mung, coriandro. Se trata de cultivos alternativos de ciclos cortos que ofrecen cobertura y permiten intensificar las rotaciones de modo de tener cubierto el suelo todo el año.
Hoy Koch tiene sembrados 6 cultivos de invierno. Por su aporte al sistema, vicia villosa es la vedette. Camelina comienza a ser furor. Carinata es una crucífera europea. También producen raigrases y avena para algún semillero. Y trigo, por supuesto. “En años de falta de agua como los que venimos teniendo logramos una mejor estabilidad de rendimiento ya que hay un mejor aprovechamiento del agua”, argumenta el productor y explica que los suelos del centro de la provincia de Entre Ríos son difíciles, pesados, muy arcillosos y con muy poca capacidad para retener agua. La profundidad del suelo fértil es de apenas 2 a 5 centímetros. Acá la erosión es un verdadero problema.
Hace más de una década que Koch lleva adelante este esquema de trabajo. “Se trata de cambiar la estructura y la porosidad del suelo a partir de las raíces. De esta forma logramos que se aproveche mejor el agua de lluvia, que en años normales puede llegar a los 1.200 milímetros”, relata el productor y destaca el positivo impacto ambiental que tiene este manejo. “Al tener el suelo ocupado todo el tiempo, hemos logrado bajar considerablemente el uso de herbicidas y en algunos casos puntuales hemos logrado evitar su uso. La reducción de insumos también impacta en los fertilizantes nitrogenados, ya que vicia villosa aporta mucho nitrógeno”, dice.
El productor ya arrancó la cosecha con su nueva LEXION. El primer cultivo es camelina, le siguen los raigrases y la carinata, después la avena, el trigo, y termina con vicia. Todo lo primero va a soja de siembra temprana -una soja promedio puede rondar los 25 qq/ha-. Sobre el trigo y la vicia se siembra el maíz -que puede aspirar a unos 60 qq/ha-. Ya a fines de diciembre suma algún lote con poroto.
Producir cultivos alternativos tiene mucho de ensayo y error. Koch aclara que hay poco escrito, por lo que se vuelve necesario hacer un seguimiento estrecho. Para esta tarea cuenta con el apoyo de su asesor, un agrónomo local llamado Víctor Veik, que en su cuenta de youtube asume el compromiso de compartir la información que recaba sobre estos cultivos.
La calidad es todo
Koch comenzó a cosechar a los 14. A lo largo de los años fue también prestador de servicios y en el 2011 llegó a CLAAS de la mano de una TUCANO 470, a la que le siguió otra TUCANO 570. “Quedé fascinado por el sistema de cosecha. El sistema APS era novedoso y entendí que era lo que necesitaba para dar el paso, para cosechar cultivos de gran rendimiento sin pérdidas”, dice y acota que a esto le fue sumando el uso de las tecnologías de precisión que ofrecen las máquinas, que le permitió comenzar a ambientar lotes.
“Llegar a la LEXION 7600 TERRA TRAC fue un sueño. Hace años que venimos viendo la gravedad de la compactación de nuestros suelos. Con este esquema de rotaciones intensivas estamos pasando dos o tres veces por los lotes cada año. Y la huella siempre termina repercutiendo no solo en los rendimientos del cultivo cosechado, también en el historial hacia adelante. En respuesta a eso he ido adquiriendo tractores con gomas duales, anchas, radiales. Pasamos a sembradoras con dos módulos. Y contar con el sistema de orugas de CLAAS es un gran aporte en la mejora de la estructura del suelo. Además, estamos sumando calidad de cosecha”, apunta el productor.
En general, la mayoría de los cultivos alternativos que siembra Koch tienen premios y castigos por calidad de granos. “Los que hacemos son cultivos de volumen, con semillas frágiles, de ahí también la decisión de sumar un cabezal draper como el HERA”, explica.
Hace apenas unas semanas, el productor viajó a Oncativo para capacitarse en el uso de la nueva LEXION, a la que considera una herramienta clave para su sistema productivo. “En la cosecha se captura y mantiene todo el esfuerzo que se hizo con los cultivos. En este tipo de producciones, la calidad es gran parte del negocio”, destaca Koch y cuenta que ponen mucho énfasis en el seguimiento de los suelos y en mantener la biodiversidad. De hecho, debido a que varios de los cultivos que siembra son florales, sus lotes albergan gratuitamente a varios apiarios de la zona. Al florecer en momentos distintos, la sinergia con estos cultivos posibilita que haya producción de miel en épocas no tradicionales. “A nosotros nos sirve porque los cultivos que hacemos generalmente son deficitarios en la polinización. Con los apicultores nos cuidamos mutuamente. Usamos productos que no alteran la vida de los insectos. También hacemos sinergia con la ganadería, convirtiendo en pastoreo algunos cultivos de cobertura. Está bueno que la agricultura no desplace a las otras actividades”, reflexiona el productor entrerriano.