Lamentablemente, las pérdidas que habíamos estimado la semana anterior por la caída en el rinde de soja debido a las fuertes lluvias del mes de Abril serían mayores a las cuantificadas inicialmente. Esta semana, nuestro departamento GEA-BCR (Guía Estratégica para el Agro) presentó la nueva estimación de producción nacional de soja. En el cuadro N°1 puede verse gráficamente el estado de situación provincial y el total nacional, comparando la anterior estimación de GEA-BCR (fin de marzo) con la actual (mayo 2016). A fines de marzo, antes del inicio de las lluvias, podía esperarse una producción nacional de poroto de soja para la campaña 2015/2016 de 59 millones de toneladas según nuestro Departamento. Ahora, en su informe del miércoles 11 de mayo de 2015 se espera que la cosecha argentina se sitúe en 55 millones de toneladas. En consecuencia, existiría un efecto neto de caída en la producción argentina del orden de las 4 millones de toneladas de poroto. Pero en realidad, las pérdidas por el evento climático son superiores a esta cifra y se ubicarían en 5,7 millones de toneladas, si se suman las realidades provinciales de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, jurisdicciones afectadas por el evento. De acuerdo a las estimaciones de GEA-BCR, la provincia de Santa Fe estaría perdiendo cerca de 3,2 millones de toneladas de soja por el evento climático de abril, Entre Ríos cerca de 1,5 millones de toneladas y Córdoba aproximadamente 1 millón de toneladas.
Afortunadamente para nuestro país, habría un aumento en la producción estimada por GEA-BCR en la provincia de Buenos Aires quien pasaría de 19,7 millones (estimación de fin de marzo) a 21 millones de tn (estimación mayo). Esta zona geográfica podría estar aportando cerca de 1,3 millones de tn adicionales al total nacional. La Pampa y el resto de las provincias podrían sumar cerca de 400 mil toneladas más respecto de la estimación realizada por GEA-BCR a fines de marzo de 2016.
En consecuencia, con la nueva estimación de producción nacional de GEA-BCR procedimos a cuantificar las pérdidas económicas para Argentina y la provincia de Santa Fe por esta caída en los rindes. Reiteramos que en esta nueva estimación de pérdidas no estamos sumando el castigo en el precio de la mercadería que están percibiendo los hombres de campo por el daño en la calidad del grano. Los porcentajes de daño son muy variables, siendo también el centro-sur de Santa Fe la zona más golpeada, con valores del 20-80%; y en el sur de Santa Fe es del 5-30%. Ni que hablar los problemas de humedad. Como dijimos en otras ocasiones, estas pérdidas aun no pueden cuantificarse con precisión, pero serán de gran magnitud para muchos productores de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba.
Evaluemos en primer lugar, las pérdidas nacionales. Si computamos una pérdida de 5,7 millones de toneladas según GEA y la multiplicamos por precio de exportación del poroto de soja FOB Up River al 10/5/2016 (388 U$S la tonelada) concluiremos que Argentina dejaría de percibir exportaciones de poroto de soja por caída en los rindes por USD 2.212 millones, de las cuales aproximadamente 1.242 millones de dólares son pérdidas de exportaciones santafesinas. El posible impacto en la caída en los ingresos brutos de todos los productores nacionales afectados sería de 1.462 millones de U$S.
Estas conclusiones surgen en base a los datos existentes, los cuales pueden llegar a modificarse en los próximos días con el avance de las tareas de recolección.
Veamos ahora la situación de la provincia de Santa Fe. De acuerdo a los cómputos de GEA-BCR las pérdidas totales por caída en los rendimientos en la provincia ya no serían de 2.376.000 toneladas como publicáramos la semana pasada, sino muy superior: cerca de 3.200.000 toneladas. Si valorizamos esa menor producción aplicando el precio de exportación del poroto de soja FOB Up River al 10/5/2016 (388 U$S la tonelada) arribaremos a la conclusión de que –estimativamente- la provincia de Santa Fe estaría perdiendo de exportar cerca de 1.242 millones de dólares estadounidenses. Si esa pérdida de producción de soja santafesina la multiplicamos por el precio de pizarra que informó la Cámara Arbitral de Cereales de la Bolsa de Comercio de Rosario el pasado 10 de mayo ($ 3.650.- por tonelada), los menores ingresos brutos que percibirían los productores agropecuarios santafesinos ascenderían a cerca de 821 millones de dólares estadounidenses. Dinero que desaparece de los bolsillos de los hombres de campo santafesinos y que hubieran percibido con total seguridad si no hubiera llovido esos 20 terribles días. La falta de estos fondos impactará negativamente en la cadena de pagos del sector en la provincia de Santa Fe afectando fuertemente a proveedores de insumos, de maquinaria agrícola, contratistas, locadores, recaudación de impuestos del Estado Nacional, provincial y municipal. Etc. Implica una fuerte baja en la actividad económica de los pueblos del Santa Fe profundo. Justo en un año recesivo donde la cosecha no tenía que fallar para lubricar a la actividad económica de esta zona del país.
En las pérdidas santafesinas no hemos computado las verificadas en otros rubros como maíz, lechería, ganadería vacuna y otras producciones regionales.
Evaluemos finalmente cuanto representa la posible pérdida a nivel nacional (2.212 millones de U$S) respecto de las exportaciones del complejo sojero del año pasado. Argentina exportó como país en el año 2015 cerca de 56.752 millones de U$S. La suma de las exportaciones del complejo oleaginoso (soja, girasol, Harina y pellets de soja, aceite y biodiesel) totalizaron el año pasado 18.639 millones de U$S. La pérdida estimada de este año por las lluvias en soja equivaldrían al 12% de las exportaciones del complejo oleaginoso del año 2015 (2.212 millones vs 18.639 millones de U$S).
Como atenuante de esta notable pérdida, hay que reconocer que ha habido una mejora en los precios de exportación del poroto de soja que vende Argentina desde que se iniciaron las lluvias. Al 31 de marzo de 2016 el precio FOB de exportación del poroto se estimaba en 340 U$S la toneladas. Luego de las lluvias, el 10 de mayo, dicho precio era de aproximadamente 388 U$S/tn. Hubo una valorización de 48 U$S por tonelada en casi 40 días. La caída en la producción argentina y brasileña marcó subas en Chicago que traccionaron al alza a los precios de exportación del poroto. Si se mantuviera este último valor durante el año 2016 (388 U$S/Tn) o creciera a lo largo del año, las pérdidas estimadas en este informe podrían verse compensadas (parcial o totalmente a nivel de la macroeconomía argentina) en cuanto al monto total de las exportaciones del complejo oleaginoso medidas en U$S estadounidenses. Pero esto puede no llegar a suceder en el futuro cercano y los precios podrían descender al nivel previo al inicio de las lluvias. En tal caso, las pérdidas se acercarían a los valores estimados en este informe. Tampoco estamos analizando que sucedería si más adelante bajan los precios de la harina/pellets de soja, aceite y biodiesel que son los productos que más exporta Argentina.
De todos modos, el productor santafesino, entrerriano o cordobés que fue afectado fuertemente por el evento climático no podrá evitar sufrir el costo de oportunidad producto de las lluvias. Lo que deja de ganar y los mayores costos producto de esta contingencia. Entre todos podrían haber tenido 5,7 millones de toneladas más de lo que finalmente obtendrán al terminar la cosecha. Las pérdidas y el daño para esos productores están y no hay forma de revertirlos. Los precios de exportación pueden darle una mano a Argentina en el futuro como una ruleta en un casino puede darle ganancias a un jugador. Pero los productores que sufrieron las lluvias van a tener pérdidas que son reales. Con campos donde no podrán sembrar trigo en los próximos meses, donde el paso de las máquinas dejo su secuela negativa sobre el terreno, con mayores gastos futuros de nivelación de suelo, con pérdidas por calidad por granos dañados y brotados, con mayores erogaciones por secada, con pagos de intereses y mayores costos financieros por los incumplimientos en la cadena de pagos, con mayores gastos de transporte por camiones que hoy necesitan salir con menores cargas y deben alargar sus trayectos de viaje, con menores gastos e inversiones sobre la economía rural y la de las localidades afectadas, etc. Estas son pérdidas reales. No hay mucho más que hablar.
El pedido de asistencia al Gobierno Nacional de los sectores productivos de la provincia de Santa Fe y de su Gobierno provincial se encuentra totalmente justificado ante la magnitud y gravedad de este evento climático sin precedentes. Los costos de este temporal los pagó en mayor medida las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba. Urge ayudar a estas provincias para recuperar, aunque sea parcialmente, su potencial productivo.
Autores: Julio Calzada – Sofia Corina – Cristian Russo (BCR)