Esta ley otorga, entre otros aspectos, un aporte económico no reintegrable anual a unos 3.000 pequeños y medianos productores forestales.
La finalidad es incrementar el stock de 1,3 a 2 millones de hectáreas de bosques cultivados en el país, generar desarrollo sostenible y contribuir con los compromisos de cambio climático asumidos en el Acuerdo de París.
Actualmente, se estima que el 95% de la industria forestal se provee de bosques implantados, con un amplio espectro de productos y subproductos derivados.
La prórroga del régimen vigente fue uno de los principales puntos en la agenda de la Mesa de Competitividad Foresto Industrial, creada hace un año, y que lidera el Presidente de la Nación, Mauricio Macri.
La madera proveniente de plantaciones forestales es un recurso de creciente demanda en el mundo ante la búsqueda de reducir el uso de las provenientes de bosques nativos y utilizar productos renovables, reciclables y con efecto de reducción de la huella de carbono de la economía. Esta cadena productiva puede aportar en sectores como en energías renovables, en la construcción con madera, y la celulosa y el papel, entre otros.