El aumento del precio interno del maíz, producto de las devaluaciones ocurridas en los últimos años que impactan en un alimento cuyo valor está dolarizado, es uno de los principales factores que ha llevado a los productores de bioetanol a un contexto de crisis.
Luego de que se conociera que ganaderos de Córdoba que tienen mini destilerías decidieron apagarlas ante la falta de un precio actualizado del combustible y de reglas claras, el economista del Ieral-Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, remarcó el fuerte desfase ocurrido en los últimos dos años entre el valor del bioetanol y la cotización del maíz.
“Actualmente, el etanol está muy ‘barato’. En 2019, se podían comprar 3,4 kilos de maíz con cada litro de etanol, un 35 por ciento menos que el promedio histórico (5,3 kilos”, mencionó el investigador en su cuenta de Twitter.
De los datos publicados por Garzón se despende que el poder de compra de maíz, por parte del bioetanol, es el más bajo desde que este combustible comenzó a producirse en Argentina, a fines de 2012.
Otro dato significativo que muestra el economista es que, desde 2017, el maíz se encareció 250 por ciento, el doble que el precio regulado del etanol que subió solo 130 por ciento.
“En otros períodos (2014-2015), la relación de precios fue exageradamente alta a favor de los transformadores, debido a precios muy deprimidos del cereal. Pero no era sostenible por el daño que se generaba sobre productores. Si el compromiso es promover los biocombustibles y valorizar activos ambientales, una regulación sana debería evitar situaciones extremas; es decir, períodos en los que los precios relativos favorecen mucho al bien regulado o lo contrario, como sucede en la actualidad”, cerró Garzón.
Fuente: Agrovoz