Un factor clave que permitirá sustituir importaciones, disminuir costos y producir prendas de calidad con potencial de exportación. En un acto, del que participaron Julián Domínguez –ministro de Agricultura de la Nación–, Jorge Capitanich –gobernador de Chaco– y Mariano Garmendia –presidente del INTA–, entre otras autoridades, se firmó un convenio con empresas privadas para impulsar la producción algodonera.
Productividad y calidad son dos factores indirectamente proporcionales. Cuando uno aumenta, el otro decae. Sin embargo, un equipo de investigación del INTA Sáenz Peña –Chaco– logró equipararlas mediante el mejoramiento genético en el cultivo de algodón. Además, fruto de esta misma investigación, lograron algo inédito: la primera variedad de algodón en la Argentina con fibras finas, resistentes y extra largas.
En un acto en Chaco, del que participaron Julián Domínguez –ministro de Agricultura de la Nación–, Jorge Capitanich –gobernador de Chaco– y Mariano Garmendia –presidente del INTA–, entre otras autoridades nacionales, provinciales e institucionales, se firmó un convenio con empresas privadas para impulsar la producción algodonera.
“Obtuvimos una variedad de algodón –denominada SP21– con una línea genética que nos permitió obtener fibras que superan los 32 milímetros de largo”, detalló Mauricio Tcach –investigador del INTA Sáenz Peña, Chaco–. Asimismo, explicó que esto es “inédito” para la Argentina y recordó que estas fibras sólo se producen en Egipto y Perú.
“Esto nos brinda un potencial económico y comercial enorme”, indicó Alex Montenegro –responsable del Laboratorio de fibra y semilla de algodón del INTA Sáenz Peña, Chaco–. Además, reconoció que, “integrarla a la cadena productiva permitirá producir prendas con una calidad y valor diferencial, además de sustituir las importaciones, reducir costos e incrementar la competitividad del sector”. Además, reconoció que son productos con potencial de exportación.
Como si todo esto fuera poco, la nueva variedad de algodón es resistente a las dos principales enfermedades que afecta al cultivo, lo que reduce la dependencia y uso de insumos químicos, lo que, a su vez, minimiza el impacto ambiental.
Con el fin de impulsar la investigación y potenciar la producción de la nueva variedad a campo, el INTA firmó un convenio con las empresas nacionales Halgon SAS y Pato Pampa. “Este primer acuerdo apunta a producir esta fibra extra larga y poder desarrollar líneas genéticas”, explicó Tcach, quien no dudó en ponderar la integración y articulación publica privada del acuerdo.
Para una segunda etapa del proyecto, apuntan a poder contar la historia de la prenda que produzcan, mediante tecnología y con códigos QR. “Proyectamos poder brindar toda la información desde la semilla hasta la prenda terminada que hoy demandan los consumidores en muchas cadenas, incluso en la industria textil”, adelantó Tcach.
En este sentido, Diana Piedra –directora del centro regional Chaco-Formosa del INTA y referente de algodón– se refirió al desarrollo de la nueva variedad y a la firma del convenio con las empresas y lo consideró “un nuevo hito para el sector algodonero, en términos tecnológicos”.
“Es una innovación precisa que responde a una necesidad concreta de un eslabón de la cadena algodonera para satisfacer las demandas de los consumidores”, especificó, al tiempo que reconoció que “este logro de mejoramiento, así como otras tecnologías obtenidas en la región, permite agregar valor a la cadena, lo que generan un impacto económico y social positivo, moviliza sectores productivos y genera más mano de obra”.
“Para el INTA esto es un orgullo y una satisfacción que permite validar el rol del instituto en la cadena algodonera”, señaló Piedra. En esta línea, no dudó en ponderar tanto el logro científico como el equipo de investigación involucrado, altamente capacitado y de gran trayectoria. “Es una muestra de lo que el INTA puede generar en los territorios aportando soluciones a demandas concretas de las regiones con profundo arraigo a las diversas actividades, como sucede en el norte con el algodón”, indicó la directora.
Una variedad única en el país
La variedad de algodón Gossypium hrsutum L. produce el 95 % de la fibra de algodón del mundo. De acuerdo con la longitud de la fibra de algodón, se puede clasificar en corta, media, larga y extra larga. La corta mide menos de 25,1 milímetros (mm), la media oscila entre 25,1 y 27,9 mm, la larga es entre 28,1 y 32 mm y la extra larga es mayor a los 32 mm. Las fibras más largas, finas y resistentes conocidas y usadas hasta el momento por la industria nacional para confeccionar prendas es la Gossipium barbadense L. y se importa de Perú.
Desde hace más de 70 años, el INTA impulsa el mejoramiento genético en algodón, de la mano de un banco de germoplasma que cuenta con 800 variedades de todo el mundo y 300 líneas genéticas mejoradas por diversas técnicas: convencional, muta-génesis y biotecnología.
Así, con el objetivo de lograr una producción nacional de variedades con fibras extra largas, el INTA orientó su selección y evaluación de líneas genéticas y obtuvo la línea experimental SP 21. La difusión de este tipo de fibra es inédita en la Argentina y toma un mayor valor gracias al acuerdo público-privado que posibilita el desarrollo del proyecto.
La experiencia en algodón crece
La obtención de esta variedad se suma a la extensa trayectoria que tiene el INTA Sáenz Peña en investigación para la cadena algodonera. Desde la selección de variedades, conservación de germoplasma, biotecnología, fisiología vegetal, entomología, fitopatología, calidad de fibra y difusión tecnológica.
Entre los logros más destacados está la colección del Banco de germoplasma con 800 variedades y líneas. Así como la reciente inscripción y difusión, en conjunto con la empresa Gensus S.A, de tres nuevas variedades de algodón llamadas Guazuncho 4 INTA BGRR, Guarani INTA BGRR y Pora 3 INTA BGRR, que alcanzó el 45 % en la utilización de semilla fiscalizada durante la presente campaña.
En paralelo, se evalúan 312 líneas mejoradas y se genera nuevos conocimientos de manejo y la búsqueda de una mejor expresión de la nueva genética. Esta significativa adopción de los cultivares desarrollados en INTA por parte de sector productivo, confirma la acertada respuesta de los planes de investigación llevados adelante en el Programa Nacional de Algodón, mediante la creación y difusión de cultivares de origen nacional.
Fuente: INTA