El primer encuentro con “El Niño” dejó un fuerte coletazo de lluvias y granizo. Luego de la semana de inestabilidad que comenzó este lunes (16/11), los acumulados de la región núcleo superaron holgadamente las medias estadísticas de noviembre. Los frentes que descendieron desde La Amazonia también dejaron mucha agua en el Litoral, en el norte de Santa Fe, Chaco, Formosa y en el área que une a Entre Ríos con Corrientes.
“Ya se supera la marca mensual de Noviembre. El efecto del El Niño y las condiciones térmicas actuales del Atlántico central y sur están incrementando los aportes de humedad” mencionó José Luis Aiello, Dr. en Cs. Meteorológicas y director del Gea—Guía Estratégica para el Agro.
“Otro indicador que muestra la entrada en acción del fenómeno y que llama la atención es que las tormentas de esta semana coinciden con la zona de mayor impacto de “El Niño” en la Argentina. El frente bajo del sur de Brasil afectando al litoral, más sobre el este que sobre el oeste, alcanzó el sur de Santa Fe y, con menor actividad, Buenos Aires, que es donde se disipa la acción de este fenómeno”, agregó Aiello.
En la zona núcleo las medias estadísticas de noviembre, que indicaban promedios en torno a los 100 y 110 mm ya quedaron atrás. A diez días de cerrar el mes hay acumulados de 156 mm en Godeken y María Teresa, y 150 mm en Maggiolo, en el sur de Santa Fe. Como se observa en la imagen de las lluvias acumuladas de noviembre, en 17 de las 35 estaciones de la BCR se superaron con facilidad los 110 mm. El otro dato que resulta inquietante es el promedio acumulado anual de todas las estaciones de región núcleo: 1030 mm. Los mayores acumulados están en el sur de Santa Fe y este de Córdoba con valores que están entre los 1100 y 1300 mm.
“Este escenario de fuertes tormentas con granizo es muy coherente con el mayor flujo de humedad. En los últimos 30 años vienen en aumento las lluvias convectivas que dejan mucha agua en muy poco tiempo, y esto aumenta las chances de granizadas y eso es lo que está ocurriendo”. Aiello también alertó que hay que estar preparados para un verano con lluvias convectivas importantes y que no hay que descartar pulsos de calor intensos durante enero y febrero. (GEA)