El calor protagonizó la campaña sobre el final, ya en las últimas semanas de febrero, con lluvias dispersas en el centro de la región pampeana, pero ganando magnitud al sur. La humedad siguió siendo suficiente en los suelos, por lo que el cultivo de soja de primera siguió formando vainas y llenando sus granos sin contratiempos. Lejos de las temibles lluvias que protagonizaron en febrero del año pasado, esta vez el comportamiento moderado de las lluvias, en un ciclo protagonizado por los excesos, ha sido favorable para el cultivo. Tras muchas dificultades, vuelve a perfilarse un escenario de alta productividad. Las zonas no afectadas por los excesos de lluvias se aproximan a los máximos rindes históricos y compensarían las reducciones por superficie.
Considerando los ajustes en las distintas áreas, el rinde nacional promediaría 30,7 qq/ha, 8 décimas más que en el informe anterior. Por lo tanto, la producción de soja se estima en 56 millones de toneladas.
También el maíz se reafirma con mejoras. La estimación de producción pasa de 36,5 M t a 38,0 Mt. En Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, sobre todo en Chaco y Santiago del Estero se consolidan las expectativas alcistas de rendimiento. Santa Fe, en el tope de las marcas, supera los 95 qq/ha de promedio; Buenos Aires y Córdoba suben un quintal y medio, a 79,9 en el área bonaerense y a 84,8 qq/ha en el territorio cordobés. Chaco y Santiago perfilan una gran campaña maicera. Sin nuevos ajustes de superficie, el hectareaje de lo no cosechable sigue 1,06 M de ha, y el de la superficie total sembrada en 5,84 M de ha. El rinde la campaña asciende 3,3 quintales respecto de lo estimado en febrero. El guarismo nacional se encarama a ser una de las mejores marcas con 79,5 qq/ha. (GEA)