Cualquier cultivo en desarrollo requiere de nutrientes esenciales para su crecimiento. El suelo el principal proveedor de los nutrientes necesarios para el desarrollo de estos cultivos, además del aire y el agua. Cada vez que se cosecha se extraen nutrientes del suelo, que fueron tomados por las cosechas.
Fertilizar es aportar nutrientes a los suelos para impulsar el crecimiento y desarrollo de los cultivos, al mismo tiempo que se asegura que la producción pueda crecer manteniendo el nivel nutricional del suelo. Este aporte de nutrientes es fundamental para incrementar el rendimiento por hectárea de los cultivos, pero no es ese el único motivo para fertilizar. Un suelo fertilizado mejora la eficiencia en el uso del agua, incrementa la resistencia a enfermedades y mejora la calidad final de los cultivos, entre otros factores.
Además, en medio de una crisis climática global, los fertilizantes colaboran en asegurar la sostenibilidad de los sistemas agrícolas. El cambio climático impacta en acelerar las enfermedades, pestes y en reducir la calidad de los suelos. En el último Reporte Global de Riesgos del Foro Económico Mundial, se destacaron las tres principales preocupaciones de los miembros del foro: cambio climático extremo, fracaso en las políticas medioambientales y daño irreparable al medio ambiente (WEF, 2021). Un suelo fertilizado no sólo mejora la producción de alimentos, sino que también ayuda a prevenir la erosión y degradación de los suelos, asegurando así la sostenibilidad productiva.
No conforme con ello, los fertilizantes son claves en cualquier estrategia de seguridad alimentaria. Con la economía global en el medio de la pandemia del coronavirus, se estima que cerca de dos mil millones de personas sufren déficits de consumo de micronutrientes, tanto sea por alimentación insuficiente, así como por dietas más desbalanceadas (IFA, 2020). Los fertilizantes cumplen un rol preponderante en mejorar la seguridad alimentaria, y deben ser parte de la estrategia de seguridad alimentaria global. Sin ellos, se estima que la producción global de alimentos caería en un 50% (IFA, 2020).
Productores agrícolas de peso en el mundo integran la lista de principales consumidores de fertilizantes, contribuyendo fuertemente a la demanda mundial de estos productos, que oscila en torno a las 185 millones de toneladas de consumo anual.
Los primeros 5 demandantes se llevan más del 60% de la demanda mundial: China, India, EE.UU., Brasil y Pakistán. Argentina se ubica en el puesto 24 (consume 5,3 millones de tns), lugar del que puede crecer fuertemente en el futuro.
Asimismo, este mercado mundial de fertilizantes se compone en cerca de un 60% de nitrogenados y un porcentaje levemente superior al 20% para fosforados, quedando un resto levemente menor al 20% de fertilizantes potásicos.
BCR