Todos deberíamos asumir con responsabilidad ciudadana, que la única forma para revertirla lo más rápido posible y al menor costo social, es con un trabajo de todos los protagonistas sociales en una mesa de diálogo, para discutir y consensuar primero las políticas para la actual coyuntura y después será el turno de proponer las políticas para el mediano y largo plazo.
Quiero destacar en esta línea de trabajo, la auspiciosa actitud de las entidades agrupadas en la Comisión de Enlace acompañada por AACREA y AAPRESID en la presentación realizada el 11 de diciembre pasado, sobre el potencial del agro.
Fue la primera vez desde el 2008 que mostraron una propuesta en común las entidades y que sería de esperar sea el avance a la institucionalidad de la misma en poco tiempo más.
Hay que tener muy en cuenta que la presentación realizada de la capacidad del agro para aumentar las producciones, las transformaciones industriales y las exportaciones, ante importantes dirigentes de todos los sectores y tendencia políticas, es solamente un diagnóstico.
Falta lo más difícil que es cómo se hace para llegar a dichas metas de producción y exportación en pocos años. Este es el mayor desafío de trabajo para los meses de enero y febrero próximos para poder tener en la inauguración de las secciones ordinarias del 1ø de marzo de 2014, los diferentes proyectos de ley de la agenda mínima del agro.
Para ser discutidos por nuestros legisladores y convertirlos en las políticas de estado que le den previsibilidad a los empresarios para poder concretar las metas de producción.
La siguiente es la propuesta de agenda mínima -concreta y coyuntural- a la Comisión de Enlace, a las otras entidades del sector y a los partidos políticos con un triple objetivo.
(a) Aumentar la producción y exportación en el ciclo 2014/2015,
(b) frenar la inflación a través de una mayor oferta real de bienes e ingresos de dólares,
(c) empezar a cumplir con las metas de producción en un trabajo en conjunto de todos los sectores del país en defensa de los que menos tienen.
Esta agenda mínima debe contener por lo menos estos ochos puntos:
1. Derogar todos los sistemas de ROE (Registros Operaciones de Exportación) que interfieren la libre comercialización y exportación de la producción en los mercados y liberar todas las importaciones de los insumos en forma automática para no limitar la capacidad de producción del sector agropecuario y agroindustrial.
2. Promover el funcionamiento a plenos de todos los mercados a término para poder captar el mejor valor para la producción en el mercado con anticipación cuando el empresario está decidiendo las siembras, permitiendo al mismo tiempo, el arbitraje de todos los operadores para asegurar las mercaderías y sus precios que van a necesitar para el mercado interno o la exportación para darle estabilidad a su negocio.
3. Ejecutar una política transitoria, hasta que se pueda eliminar los impuestos de exportación. Mientras se mantenga dicho impuestos, las retenciones vigentes se utilizarán como pago a cuenta de impuestos nacionales y provinciales. La mejor forma de reemplazar los ingresos de los impuestos por exportar, es con el aumento de las exportaciones transformada con mano de obra argentina realizada en clúster regionales de producción. Sería la mejor política para la inclusión social en el interior del país y la defensa del federalismo.
4. Legislar un incentivo fiscal al mayor uso de fertilizantes a fin de hacer sostenible el modelo productivo. El aumento de la productividad no es antagónico con una buena rotación de cultivos y el cuidado del medio ambiente.
5. Sancionar un nuevo proyecto de ley sobre el régimen federal de usos de productos fitosanitarios, a fin de actualizarlo a las demandas sobre la seguridad alimentaria y el cuidado del medio ambiente.
6. Promover políticas que aseguren el reintegro a la propiedad intelectual de los semilleros. No se trata de acciones de lobby en defensa de nadie sino de poner a nuestro país al mismo nivel de la legislación del MERCOSUR y del mundo.
7. Establecer una legislación cuyo objetivo sea cubrir los riesgos agrícolas y comerciales, que incentive el mayor uso del seguro privado y la creación de un fondo permanente anti cíclico, para atender los fenómenos climáticos no previsibles.
8. Modificar la actual ley de Warrant vigente desde el año 1914, porque necesitamos abaratar la financiación, adaptando la actual ley al nuevo y más moderno sistema de producción, comercialización, industrialización y exportación.
Esta agenda mínima es la que necesita urgente el productor para mejorar su competividad y aumentar su productividad dándole previsibilidad para que el país pueda aumentar las producciones y exportaciones, generando los dólares genuinos que necesita el país para salir de la actual deformación de precios relativos.
Considero que esta agenda debe completarse con políticas sociales muy bien orientadas pensando en el individuo, que atiendan especialmente al pequeño productor y con subsidio a la demanda de alimentos de los que menos tienen, por medio de una tarjeta magnética universal.
El párrafo anterior no es un principio teórico: es el camino que eligieron los países más exitosos en los que existe el más alto nivel de vida para sus habitantes: Simultáneo desarrollo económico y alto nivel de integración social.
Todos los debates ideológicos terminan cuando los que tienen menos viven cada día mejor.
Autor: Arturo Navarro