El objetivo es brindar más transparencia y equidad en los contratos entre los ganaderos y las industrias lácteas. Este Código cuenta con el visto bueno de la Autoridad australiana de la Competencia.
Este nuevo Código, que ha entrado en vigor este año, establece que a más tardar el día 1 de junio de cada año, las empresas lácteas tienen que publicar en su página web, sus contratos lácteos para la campaña siguiente (hay que recordar que en Australia la campaña láctea va del 1 de julio de un año al 30 de junio del año siguiente). De esta forma, el ganadero tiene un mes para comparar ofertas, asesorarse y decidir a quién le conviene más entregar la leche.
El pasado 1 de junio fue todo un hito para el sector lácteo australiano, ya que, por primera vez, todas las industrias lácteas tuvieron que hacer público, al mismo tiempo, las condiciones que ofertaban para la compra de leche para la siguiente campaña.
¿Qué dice el Código?
Una de las cuestiones más importantes que recoge el Código, es que los contratos publicados tienen que recoger el precio mínimo de compra. Este precio mínimo es el precio más bajo (excluyendo cualquier reducción temporal o primas) que la industria va a pagar al ganadero. Este mínimo puede ser un mismo valor anual, igual para todos los meses o variar según los meses.
En cuanto al precio mínimo que obliga el Código, hay que destacar dos cuestiones importantes:
Por un lado, el Código no dice cuál tiene que ser ese precio mínimo, ni fija que tenga que ser para leche de una determinada calidad. Por otro, tampoco obliga a que el precio mínimo ofertado por la industria tenga que cubrir los costos de producción del productor.
El Código no permite que una industria pueda aplicar reducciones sobre el precio mínimo en leche ya entregada. No obstante, si permite reducciones retrospectivas del precio mínimo acordado, en leche no entregada y siempre bajo condiciones excepcionales y temporales. En este caso, el productor tiene la posibilidad de dar por terminado el contrato.
Las industrias pueden también publicar, además del precio mínimo, un precio medio o un precio indicativo, pero no hay ningún tipo de protección del Código sobre este tipo de precios.
Las industrias también tienen que publicar los requerimientos de calidad exigidos y pueden publicar las primas pagadas por más calidad.
El Código prohíbe que se establezcan pagos por lealtad que obliguen al ganadero a seguir contratando con la misma industria después de que el contrato inicial haya finalizado.
El Código permite los contratos con exclusividad (el ganadero solo entrega a una empresa) pero la industria tiene que publicar contratos sin exclusividad y dar estas opciones. En los contratos con exclusividad, el Código prohíbe establecer un límite de volumen máximo de leche que se puede suministrar (lo que evitaría que venda leche excedente a otro procesador). Tampoco se puede establecer precios por niveles de entrega (donde un procesador paga un precio más bajo por la leche por encima de cierto volumen).
Los incumplimientos de los contratos conllevan penalizaciones económicas, tanto para el ganadero como para la industria. Las multas pueden llegar a € 39.000 en el caso de empresas que no sean de pequeña dimensión (más de € 6 M de volumen de negocio) y de hasta € 13.000 en el caso de ganaderos y empresas de pequeña dimensión.