Otra vez las lluvias convectivas dejaron registros recargados en el noroeste bonaerense. El total semanal alcanzó en Lincoln los 108 mm, en Junín 92 mm y en Chacabuco 89,6 mm. Las precipitaciones tomaron una distribución netamente dispar. Como muestra el mapa de reservas, la humedad de siembra para el trigo es excesiva para el noroeste bonaerense pero en la zona del sur de Santa Fe y el este cordobés se necesita de algunos milímetros para activar las siembras. De todas formas, en profundidad las reservas de humedad son óptimas para el desarrollo del ciclo del trigo.
El informe del GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario apunta que, a esta altura, en la campaña pasada las máquinas estaban en plena actividad y ahora la situación está dominada por la lentitud y la cautela. Día a día en el campo se profundiza la incertidumbre respecto al trigo y en vez de afirmarse los planes de siembra, hay dudas de concretar lo proyectado inicialmente. Se confirma que será la campaña con menor uso de tecnología. Cae la intención respecto de las dosis de fertilizantes a aplicar y la incorporación de nuevos materiales genéticos. La baja en la superficie de trigo no sería compensada por la cebada u otros cultivos invernales. En la región, el área de cebada aumentaría apenas un 3% respecto del año pasado.
Se están realizando las primeras aplicaciones de los barbechos, pero hay sojas o maíces “guachos” que se desarrollan ante la falta de heladas y dificultan el control. Algunos campos propios no se están tratando al esperar que una helada evite incurrir en mayores costos en esta primera aplicación. El pulso de las ventas de precampaña va aletargándose. Respecto del año pasado hay menos consultas y menores cierres de ventas por decisiones que se postergan. Los arrendamientos están en un “tira y afloje”. Las expectativas es que cierren con menores valores.
Los lotes de maíz de segunda permanecen con un grado de humedad en grano aún no acorde para su comercialización. Presentan muy buenas expectativas de rinde. (GEA)