El sector turístico recibió esta semana otro cimbronazo del gobierno, al comunicar la AFIP el aumento del 35 al 45% para la percepción a cuenta de los impuestos a las Ganancias y Bienes Personales para operaciones en moneda extranjera (dólar turista). Ya había sido uno de los más castigados con la eterna cuarentena decretada en pandemia y con la prohibición de financiar viajes al exterior en cuotas.
Consultado sobre si esta medida hace peligrar la supervivencia de las empresas, el directivo de la Asociación Rosarina de Agencias de Viaje, Juan Carlos Scartascini, aseguró: “Sin duda, porque en la totalidad de empresas, la gran mayoría hacen turismo emisivo”.
“Hay casi 6.000 agencias de viaje en el país y la mayoría son microempresas o pequeños emprendimientos familiares, por lo que esto genera costos en tiempo y en dinero que ya no se puede soportar”, afirmó el empresario. Sostuvo que la carga impositiva (75% por dólar vendido) “es desmesurada” y “llega a niveles que no corresponden”.
En ese sentido, remarcó que “se hace muy difícil trabajar de esta manera”, porque, además, “no se sabía que esto iba a pasar”, por lo que “la falta de previsibilidad es constante”, enfatizó Scartascini y consideró que esta disposición de la AFIP perjudica principalmente a la clase media. “Esto no es un costo del viaje, sino un régimen impositivo, por lo que impacta todo en el precio”, indicó.
No obstante, sostuvo que “lo que más afecta hoy, además del precio del pasaje, es la incertidumbre de no saber qué va a suceder de acá al momento del viaje. Ésa es la pregunta que se hacen los pasajeros. Porque no se sabe cuánto va a salir el dólar ni si va a haber otra traba en ese momento”.
COLISIÓN
Por otra parte, Scartascini también se refirió al comentario de la actual ministra de Economía de la Nación, Silvina Batakis, que días atrás aseveró que “el derecho a viajar colisiona con el derecho a los puestos de trabajo”, en referencia a las escasas reservas en dólares del Banco Central.
“Nosotros somos generadores de empleo en todo el país; aportamos impuestos y pagamos sueldos y además recibimos a turistas del exterior para equilibrar la balanza”, resaltó el directivo de Arav. “Parece como que se considerara que los pasajeros accedieran a un tipo de cambio oficial diferenciado para bienes suntuarios, comparando al turismo con un importador de una marca de lujo, por ejemplo. Es una comparación odiosa”, manifestó.
Y finalizó: “En mi opinión, creo que se tiende a demonizar al turismo; entienden como que representa al lujo, y nada más alejado de la realidad, porque no todos viajan por placer, sino también por trabajo, estudios o salud. Viajar es una necesidad y creo que no mueve la balanza de la economía lo que se pueda vender”.
REDACCIÓN ON24