En los ´80 compraron una empresa quebrada de la cual rescataron su capital más valioso: la marca. Así renació La Fazenda, una firma rosarina creada en 1930, cuyo éxito lleva el apellido de la familia Lancellotti.
Curiosamente y en medio del furor de las franquicias, La Fazenda aún no incursionó en ese formato y sigue creciendo con la instalación de nuevos locales propios. En esta ocasión se instala en el Fisherton Plaza con cafés gourmets de origen molidos a la vista, máquinas de café espresso, tés especiales, cookies y delikatessen.
El empresario junto a su hermano timonea la empresa líder en el mercado gastronómico que prepara otra apertura para fin de año. De perfil conservador, la empresa evalúa desarrollar una franquicia, pero se toma su tiempo: “el desarrollo de una franquicia es un proyecto, somos muy gringos, cuidamos mucho la marca” expresa Lancellotti admitiendo reparos a la hora de confiar La Fazenda a terceros.
“Nos llaman de muchas partes, especialmente de Santa Fe capital y el interior de la provincia” precisa el empresario que pretende extender su marca a las capitales de provincia.
