Sin dudas la emotiva función de gala del Teatro Colón, se llevó los mejores elogios de la crítica internacional y en particular, del Presidente Macri, quien dió los lineamientos al coreógrafo Ricky Pashkus para el armado de la postal que debía quedar grabada en la retina de los primeros mandatarios del G20.
Desde la reina Máxima de Holanda, a personajes de la farándula local -Susana Giménez y Mirtha Legrand-, integraron la selecta lista de invitados, que incluyó además la primera línea de empresarios encabezados por Cristiano Rattazzi -FIAT y Paolo Rocca -Techint-.
A pocos metros del palco oficial, se ubicó la comitiva de santafesinos integrada por: Gerardo Bongiovanni -Presidente de Fundación Libertad-, los empresarios Nahuel Caputo y Sergio Nardelli, el Intendente de Santa Fe, José Corral y el Rector de la UNR, Héctor Floriani.
La relevancia de las figuras convocadas, transformaron al icónico teatro en un único escenario, que resaltó al empático Macron -dicen a punto a de romper el protocolo con un tapado movimiento al ritmo del rock argentino-, contrastante con los inconmovibles rostros de Trump, Putin y el oriental Xi Jinping.
De los 26 gobernadores invitados personalmente por Marcos Peña, sólo asistieron seis -Lifschitz estuvo en la partida de los ausentes-.
Gran punto para Bullrich
La cumbre del G20 podía terminar con o sin acuerdo final -como ocurrió en la edición de Hamburgo-, pero había un “no permitido” para Argentina: hechos de violencia que pudieran terminar con heridos, condición agravada luego de los disturbios que impidieron el clásico Boca-River por la Libertadores.
Patricia Bullrich se llevó así, los puntos más valiosos de la puesta en marcha del evento internacional que marcó un hito en la historia argentina. A juzgar por quienes participaron de múltiples reuniones que “satelitaron” la cumbre, la Ministro de Seguridad fue elogiada incluso, por el eficiente operativo de vallados móviles que se activaron y desactivaron según las necesidades de logísticas.
La multitudinaria entrada al Colón, fue especialmente ponderada por el orden y la discreción del operativo de control, que se desarrollaba mientras se recibía a los asistentes con una copa de bienvenida en la plaza de calle Viamonte, para luego acceder a la carpa de ingreso al teatro. Hilando más fino, las quejas apuntaron sólo a las actividades que se organizaron en el Palacio San Martín, con largas colas y el WIFI caído.
Lo más relajado
Un simpático cóctel que ofreció Macri a Giuseppe Conte, fue el momento, que según confían “en off”, el presidente estuvo más relajado. Hubo muchas selfies con el primer ministro italiano y los participantes de la recepción, agasajo que se prolongó por más de una hora y media en el Museo de la Casa Rosada. Aunque destacan que la figura más solicitada, por razones obvias, fue el Presidente de la FIFA, Gianni Infantino.