Son tendencia en un montón de rubros. Los Dark Stores se imponen a la par que crece la virtualidad en el comercio y las grandes superficies ya no requieren tanto de la atención al público, pero sí puntos estratégicos como centros de almacenamiento, logística y también distribución.
Los Dark Stores, tal como se conocen a las sucursales de distintas marcas destinadas a abastecer su venta virtual, ya están en la mira de las grandes firmas y ganan espacio también en el mundo de la venta de alimentos. Grupo Libertad, que en Rosario cuenta con su hipermercado en el acceso sur de la ciudad, anunció esta semana el lanzamiento de su primer Dark Store en la ciudad de Mendoza, como parte de su plan de negocios de “fortalecimiento y expansión de su estrategia de e-commerce”.
A la par del crecimiento de su tienda digital, desde donde los clientes pueden hacer sus pedidos, apostaron a una tienda a puertas cerradas, sin atención al público, pero que le da soporte a su tienda virtual. “Funcionan como depósitos y sitios de entrega de productos”, explicó Diego Martín Sabat, Director de Legales y Relaciones Institucionales de Grupo Libertad sobre el lanzamiento del primer dark store del grupo en el país.
Los clientes pueden hacer sus compras a través de la plataforma virtual o la app de la marca, y coordinar el retiro de la mercadería en el punto de entrega, o bien un envío a domicilio a través de las plataformas de envíos como Pedidos Ya o Rappi.
La estrategia apuntala fuerte las otras modalidades que se asocian al comercio electrónico: Delivery y Take Away, y apunta a disputar un terreno que en el último año fueron ganando otras plataformas de supermercados digitales que fueron creciendo en el contexto de pandemia.
Es que a diferencia de las entregas a domicilio que ya ofrecían los grandes supermercados para sus compras online, la estrategia comercial específica de los dark store tiene otras ventajas. Los grandes supermercados hoy deben competir con plataformas digitales que ofrecen hacer los mandados por uno, y que han demostrado ser competitivos en eficacia y tiempos de entrega.
En tiempos de inmediatez, ya no sólo sirve competir por el precio si el producto llega días después del pedido. La competencia por la entrega en el día y la opción de establecer horarios de entrega, y las grandes marcas vuelven de esta manera a disputar el terreno que fueron perdiendo.
