ON24: ¿Qué evaluación hace de la Argentina en los últimos 9 años?
Si uno intenta hacer una crónica de estos últimos 9 años, es que estuvimos cabalgando en lo que en economía se conoce como un ciclo y un pro ciclo. Una fase de la economía donde hubo empleo suficiente, la gente cobraba su sueldo a fin de mes, tenía oportunidades de mudarse de un trabajo a otro, tenía dinero en el bolsillo que le permitía movilizarse. Esto caracterizó los últimos 10 años.
Aunque en rigor de verdad, en los últimos cuatro años, toda esta fase es “insustentable”, porque no se puede sostener a lo largo del tiempo.
Pero se debe reconocer que hubo más bares, más restaurantes, más lugares de esparcimiento, la gente compró bienes, gastó con tarjeta de crédito. Es decir que la economía en estos años se movió a fuerza de consumo y la gente tuvo empleo. Hubo consumo, no hubo inversión y Argentina tuvo caída en las exportaciones, en consecuencia no hay futuro.
La buena noticia, si se puede rescatar alguna en estos 9 años, podría ser que no hubo una crisis económica, pero la gente hoy debe tener una cierta nostalgia de bienestar, que se fue perdiendo a partir de 2007 – 2008. Aquí, los superávit gemelos desaparecen, el Gobierno entra en déficit, empiezan a emitir con lo que financia gasto público; gasto público desbordado, que genera más consumo, lo que explica que la gente consuma mucho. La tasa de interés real era negativa entonces la población se financiaba comprando con tarjeta en muchas cuotas y barato.
Pero no había inversión y también cayeron los proyectos inmobiliarios. El campo comienza a ir para atrás, porque el tipo de cambio se atrasa. En 2011 se crea el cepo, lo cual inmovilizaron el funcionamiento de toda la economía, las empresas no podían seducir a traer plata de afuera con lo cual la inversión se agota enteramente.
ON24: ¿Cómo analiza las medidas tomadas en los primeros meses del nuevo gobierno?
Lo que está viniendo es un sinceramiento de las variables, ya no se pueden regalar más servicios, y al amortiguar eso, le va a transferir parte del problema al bolsillo gente, que teniendo que pagar el aumento de esas cosas básicas, más las paritarias del 30% que han dado algunas empresas grandes que las trasladan a los precios, de alimentos, de prepagas o servicios en general, da como resultado que las economías familiares crujen, lo mismo que las de las empresas medianas y más pequeñas.
Entonces, todo ese consumo que se tuvo por 10 años resulta que no era tan genuino, la gente consumía mucho pero no iba a ser para siempre. Entonces pasa como la cenicienta, donde al final del cuento, el carruaje se hace zapallo, el caballo, ratón y el vestido se transforma en harapo.
La Argentina cae en una realidad donde se reconoce un 30% de pobreza en base a la inflación, tratando de acomodar un poco el tipo de cambio, lo que aún no se logró del todo, transfiriendo a la gente que pague los servicios a lo que verdaderamente debe valer, razón por la cual, no puede hacer los gastos que hacía antes, y debe recortar bienestar.
La llamada “década ganada” fue una década desperdiciada totalmente, porque con buenos precios de la soja y a partir de allí transformarla en inversión, se redistribuyó para que se consuma, y se terminó consumiendo más de lo que se produjo, hasta endeudarse en pesos y con una tremenda inflación, vaciando las arcas del Banco Central y más aún con el cepo, se frenó toda inversión. Ahora se debe empezar de nuevo.