Diseñado sobre una isla flotante en la costa del Golfo Pérsico, con servicio de mayordomo y helipuerto, ofrece poco más de 200 exclusivas suites, cuyos precios, por noche, arrancan en los US$ 2.000 y pueden superar los US$ 15.000. Sin embargo, y a pesar de la fuerte impronta árabe que imprime su diseño, entre su staff de ejecutivos hay un argentino: Lucas Ambrosione, Business Development Executive – Corporate en Burj Al Arab, un joven rosarino de 28 años, que reside en el emirato desde hace seis años.
Cuando todavía estudiaba Hotelería en el Instituto Belgrano de Rosario, en la provincia de Santa Fe, Ambrosione fue seleccionado por la cadena Ritz-Carlton para participar de un programa de capacitación laboral en Florida, Estados Unidos, país en el que residió y trabajó durante cuatro años. Poco después, un nuevo desafío se abrió de la mano de este lujoso destino de Medio Oriente.
“Cuando llegué, éramos ocho argentinos trabajando en el hotel; al año siguiente, éramos 35; hoy solo estoy yo”, revela Ambrosione a Apertura.com durante una pausa de un site inspection que organizó el Burj Al Arab para un selecto grupo de periodistas de varias partes del mundo en el marco de una nueva edición de Discover Dubai Study Mission.
Ante la consulta acerca de si, entre los huéspedes de este lujoso hotel, hay o hubo alguna celebrity o funcionario argentino, Ambrosione se limitó a sonreír y recordó que, por políticas de la empresa, no podría divulgar la identidad de quienes allí se hospedan.
A pesar de manejarse durante casi todo el día en inglés, Ambrosione no perdió la tonada rosarina. Y, si bien admite extrañar a sus familiares y amigos, y trata de visitar la Argentina una vez al año, este joven ejecutivo de 28 años que trabaja de domingo a jueves asegura que en Dubai “hay muchas oportunidades”. De todas formas, reconoce, tiene una necesidad “de conectarse” con la argentinidad, que lo lleva a participar, junto a otros casi cerca de 3.000 miembros, del grupo en Facebook Argentinos en Dubai.
“Es un grupo cerrado y, si bien muchos de los miembros no están activos o ya no viven en los Emiratos, me permite conectarme con otros argentinos que están acá”. Así, cuenta, se organizaron varios asados -con carne australiana- a la sombra de las cálidas jornadas dubaitíes.