Adquisiciones basadas en valor: una manera inteligente de enfrentar los desafíos sanitarios

Por María Magdalena Moret – vicepresidenta de Medtronic para el clúster Latinoamérica Sur

La atención de la salud hoy plantea oportunidades para repensar los esquemas tradicionales. Un escenario para innovar con métodos más eficientes y sustentables, dejando de lado los formatos despersonalizados. Una alternativa: enfocar la elección de las terapias en los resultados, la calidad de las soluciones y su capacidad por mejorar la vida de las personas.

El sistema sanitario en el mundo enfrenta grandes desafíos que afectan de manera transversal a cada uno de sus eslabones: el aumento de costos debido a la escasez de componentes, las economías variables, las enfermedades crónicas que cada vez se tornan más complejas. Estos son solo algunos de los tantos retos. Es racional que la situación se haya convertido en un tema de coyuntura social, ocupando un lugar de gran relevancia entre las preocupaciones de las personas. En Argentina, por ejemplo, de acuerdo a una investigación realizada por la consultora OH! Panel en 2021, el 33% de la población ubicó a la salud entre las principales problemáticas del país, incluso por encima de cuestiones impositivas y salariales. 

Dado el contexto social –y sumado a los efectos de la era postpandemia- resulta vital el compromiso y el trabajo en conjunto de todos los actores para ampliar de manera inteligente la cobertura de salud y reducir las disparidades en el acceso a las tecnologías de excelencia. Y, es por estos motivos, que más que nunca nos encontramos frente a un momento clave donde las condiciones brindan la oportunidad para las soluciones… ¿por qué no repensar los mecanismos tradicionales y proponer alternativas que puedan garantizar la efectividad y sostenibilidad del sistema, pero desde otra perspectiva?

El modelo de adquisiciones basadas en valor es justamente una respuesta a esta pregunta. Se trata de un formato innovador de contratación que considera los resultados, las tasas de efectividad y los niveles de mejora en la salud de las personas para la selección de los dispositivos médicos más adecuados para cada tratamiento. Plantea un enfoque de colaboración entre las partes involucradas para centrar los procesos en tres pilares fundamentales: el paciente, la calidad de las terapias y la sostenibilidad del sistema sanitario a través del ahorro. Asimismo, propone abordar las complejidades en la relación proveedor/comprador, involucrando alternativas de riesgo compartido y recompensando a los proveedores y efectores que contribuyan a mejorar los servicios de atención de la salud y los resultados clínicos.

Basándose, entonces, en este concepto de valor, el foco para determinar las adquisiciones cambia radicalmente. En lugar de centrarse exclusivamente en el precio más bajo, la compra se basa en el éxito de las tecnologías para generar ahorros a partir de la reducción del costo global de la atención. Esto quiere decir: tratamientos que permitan agilizar las intervenciones y liberar las salas con mayor rapidez, reducir las listas de espera, prevenir secuelas, frenar la exacerbación de patologías, aliviar el dolor con efectividad. Ahí es donde el ahorro es tangible, en el todo. 

Y en esta búsqueda de procesos eficientes, el pago por resultados ha tenido un creciente interés en la innovación hacia la economía de la salud. Estos sistemas, más conocidos como Programas de Protección de Resultados, son mecanismos no tradicionales de financiar la tecnología sanitaria y pueden contribuir a mejorar el acceso a los tratamientos de vanguardia. Los esquemas pueden ser muy variados e implican el desarrollo de un plan en el cual las soluciones elegidas son evaluadas de acuerdo a su efectividad sobre una población definida en un período de tiempo determinado, y el pago o reembolso se basa en los logros en términos de beneficios para la salud de los pacientes y/o ahorro en los costos. La consigna, de esta manera, se centra en proteger el resultado entre financiadores de la tecnología, prestadores de la salud y los desarrolladores de tales tecnologías.

El acceso a la atención de salud de calidad es un derecho fundamental de todas las personas en el mundo y, por lo tanto, un compromiso adquirido de gobiernos, instituciones de la salud, profesionales, prestadores de servicios y la industria de la salud toda. La innovación en la economía de la salud basada en resultados procura ofrecer un formato eficiente frente a los actuales desafíos, promoviendo la sustentabilidad del sistema a través de la incorporación de tecnologías de calidad y sus grandes beneficios, siempre poniendo en el centro la mejora de la calidad de vida de las personas. 

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