Tras dos décadas de gestión privada, el puente Rosario-Victoria volvió a manos del Estado nacional. A partir del domingo 7 de abril, la Dirección Nacional de Vialidad asumió el control de esta conexión estratégica entre Santa Fe y Entre Ríos, tras el vencimiento del contrato con la concesionaria Caminos del Río Uruguay.
Como consecuencia directa, se suspendió el cobro del peaje en la cabina ubicada en el lado entrerriano. La medida impacta en los miles de automovilistas y transportistas que utilizan diariamente el corredor vial, ya que implica un ahorro económico inmediato y podría generar un aumento del tránsito.
Sin embargo, la situación plantea varias incertidumbres. La empresa saliente advirtió que no puede garantizar la continuidad del mantenimiento ni de los servicios básicos, como la atención a emergencias o el monitoreo del tránsito, y aún no está claro qué medidas tomará Vialidad Nacional en el corto plazo.
Además, hay preocupación por la situación de los trabajadores que se desempeñaban en el peaje y en tareas operativas. Desde el gremio aseguran que no han recibido certezas sobre su continuidad laboral ni sobre posibles indemnizaciones.
El futuro del puente Rosario-Victoria, una obra inaugurada en 2003 y clave para el desarrollo regional, dependerá de la capacidad del Estado para garantizar un servicio eficiente, seguro y sostenido, mientras se define si habrá una nueva licitación o un esquema de gestión directa.