El proyecto de ley de Descanso Dominical continúa en intenso debate.
Lo que se aprobó en la cámara baja del congreso provincial con sugestiva velocidad, hoy disminuye su marcha para ser convertido en ley.
Rosario sería la ciudad más perjudicada de la provincia con su implementación, y sus entidades intermedias quieren debatir abiertamente la conveniencia de la norma.
Por iniciativa del Foro Regional Rosario, la comisión de economía del senado provincial, convocó a una reunión en la sede de gobierno local a las entidades más representativas de la ciudad, como así también a organismos municipales que se sienten “tocados” por el proyecto: secretaría de la producción y ente de turismo, fundamentalmente.
Como presidente de la comisión del senado estuvo presente Alberto Crossetti y Miguel Lifschitz como senador del departamento Rosario.
En este marco, Selva Raggio, Directora Ejecutiva del Foto Regional Rosario, en diálogo con esta redacción, explicó los alcances de la reunión.
“Rosario hizo un gran esfuerzo entre el sector público y el privado para llegar a ser una ciudad receptiva de turismo de fin de semana, además de convertirse en un polo de ferias y congresos.
Este proyecto que nace por iniciativa de empleados de comercio, dispone básicamente, que los empleados no trabajen los domingos. Esto implica el cierre de shoppings y grandes supermercados.
Pero justamente uno de los grandes eslabones de turismo es el consumo” explica Raggio.
“Proponemos que se revise la legislación. Imitar los convenios con los que trabajan otros sectores tanto domingos como feriados: la salud, el transporte, los cines.
Que los empleados tengan la facilidad de hacerlo de manera rotativa o con otro personal” propone la Directora del Foro.
En relación a las voces discordantes que justifican la norma por el incumplimiento de las leyes laborales por parte de los empresarios, Raggio se pregunta: ¿Vamos a empezar a prohibir actividades porque el estado a través de la Secretaría de Trabajo o los sindicatos en su rol natural no pueden controlar?
Acá todos queremos que las reglas se cumplan. Pero No podemos prohibir porque no se controla”.
Todo indica que el proyecto que alcanzó con tanta facilidad la media sanción en diputados, tenga un camino mucho más vidrioso por transitar en el senado, o peor aún, en ámbitos extra legislativos donde la sociedad civil rosarina exige debate.
Por Fabiana Suárez