La aplicación cuenta con varios mecanismos para garantizar la seguridad y calidad del servicio, comenzando por un proceso de registro que exige documentos personales, licencia de conducir y antecedentes penales a nivel nacional (no solo Santa Fe). Además, cada viaje queda registrado en la plataforma con detalles precisos sobre el conductor, el pasajero y la ruta, lo que permite un seguimiento en tiempo real y un nivel de transparencia que difícilmente se encuentra en otros sistemas de transporte.
Por otro lado, choferes consultados recordaron que Uber implementa un sistema de calificaciones en el que tanto ellos como los pasajeros pueden evaluarse mutuamente, fomentando un comportamiento responsable y permitiendo que la plataforma tome medidas en caso de incumplimientos.
“Los choferes con bajas calificaciones o reportes reiterados pueden ser desactivados”, apuntaron los consultados. A esto, se suman funciones de seguridad como la posibilidad de compartir el viaje en vivo con contactos de confianza y la atención al usuario las 24 horas. Estos controles evidencian que Uber no solo regula a sus conductores, sino que ofrece un sistema seguro y monitoreado desde muchos aspectos.
Testimonios
Félix tiene 50 años, se quedó sin trabajo en 2023 y adquirió un vehículo para poder ganarse la vida. “Tendrían que intentar legalizarlo; no queremos ser el enemigo del taxi, queremos que todos puedan trabajar, pero tampoco queremos que nos anden cazando”, pidió preocupado.
Félix apuntó que, cuando se dispuso a trabajar con la app, “UBER me exigió seguro contra terceros, certificado prontuarial a nivel nacional, tener el auto en condiciones, y la foto del vehículo más la foto mía. Todas las semanas hace un relevamiento para saber si soy yo realmente el que sigue siendo el chofer”.
“En Rosario hay 1200/1300 UBER contra 800/900 taxis que hacen UBER, Didi y Cabify; no lo veo mal, porque tienen que llevar dinero a su casa, pero nosotros también queremos trabajar”, reiteró su reclamo.
En la misma situación está Rodrigo, chofer de UBER hace casi 6 meses. “Tenía una empresa chica de construcción, que no pudimos sostener, y comenzamos a trabajar con UBER”.
Rodrigo trabaja entre 9 y 10hs, recorre unos 300kms y obtiene unos 50 mil pesos todos los días. Para Rodrigo, se impone una legalización de las aplicaciones. Entiende que uno de los problemas para los taxistas es que “el 40% de sus ganancias va a la municipalidad”.
Como para muestra sobra un botón, podemos observar que mas del 90% de los choferes de UBER son personas que han quedado desempleadas o les fue mal en su emprendimiento propio. En la mayoría de los casos, la app viene a reponer un ingreso que se perdió de manera intempestiva.