Sin fin de lucro y al pie del cañón: así trabajan las textiles rosarinas contra el coronavirus

Varias organizaciones locales reabrieron sus talleres y fábricas para producir material médico sumamente necesario para el sistema sanitario.

Con la iniciativa de llevar adelante una acción solidaria en medio de la pandemia, varias pymes y cooperativas textiles de Rosario se sumaron a la iniciativa de reabrir sus talleres y plantas industriales para producir ad honorem miles de barbijos y batas para abastecer al sistema sanitario local.

Concretamente, según informó a ON24 el secretario de Producción de la Municipalidad, Sebastián Chale, son seis, hasta el momento, las organizaciones rosarinas que, luego de obtener los permisos correspondientes, reactivaron sus maquinarias tras el decreto de la cuarentena obligatoria: Sonder, Vandalia, Melocotón, Rotel, Tannery-Huapi y la Cooperativa de Trabajo Rosario Textil Limitada.

Este medio brindaba días atrás el testimonio Silvana Dal Lago, CEO de Sonder, quien explicaba que la Municipalidad retira los productos fabricados y los distribuye a los diferentes centros de salud a través de la Dirección de Farmacias. Según Chale, el objetivo es producir, al menos, 25.000 barbijos semanales, además de las batas.

“HABÍA UNA NECESIDAD MUY GRANDE”

María Soledad Manzur, secretaria de la Cooperativa de Trabajo Rosario Textil Limitada, contó a ON24 que “queríamos estar activas en este momento” y si bien “la economía está complicada para todos, como había una necesidad muy grande en la salud, quisimos hacer el esfuerzo para paliar la situación”.

“No obligamos a nadie, sino que les dijimos que estaba la iniciativa y preguntamos quién se sumaba. Y todos se prestaron para hacerlo, salvo dos o tres personas que tienen más de 60 años y una chica que está embarazada”, subrayó Manzur.

De esta manera, y convocada por el Foro Regional Rosario, la Cooperativa comienza hoy con la producción de batas. La Municipalidad les llevará la tela de friselina cortada para confeccionar y estiman que realizarán unas 800 por semana. “Reordenamos algunas máquinas para distanciar a las personas a más de un metro y medio y vamos a trabajar con barbijos”, afirmó Manzur, en relación a las medidas de prevención recomendadas para prevenir contagios. “Vamos a estar al pie del cañón para lo que haga falta en esta época que estamos viviendo”, remarcó.

Hija de Juan Carlos Manzur (“La Esquina de las Mallas”), María Soledad es una emprendedora textil rosarina que comenzó a producir su propia marca (Sunsea) y luego, hace 5 años, impulsó la Cooperativa, que funciona en 3 de Febrero 986 y Eva Perón 7236. Hoy trabaja para varias marcas tanto de Rosario como de Buenos Aires, con líneas de producción que abarcan distintos tipos de indumentaria.

“ERA TRISTE TENER CERRADA UNA EMPRESA QUE SE DEDICA A LA CONFECCIÓN SIN APROVECHARLA PARA HACER ALGO QUE HOY HACE FALTA”

Por su parte, la empresa Industria Argentina de la Indumentaria, que produce y comercializa marcas como Huapi y Tannery hace más de 60 años, y que forma parte del Foro Regional Rosario, también se sumó a la iniciativa con su planta de producción ubicada en Pérez Bulnes 5611 para cortar y confeccionar ambos materiales.

“Desde que se decretó la cuarentena y tuvimos que cerrar la empresa, nos pusimos a pensar de qué forma podíamos aportar algo a la sociedad que está viviendo esta pandemia tan dura. Entonces, decidimos producir y donar barbijos y batas para el sistema sanitario”, narró el presidente de la firma, Ezequiel Etchevarne.

Ahí fue que la empresa se puso en contacto con el secretario de la Producción de Rosario para ver la forma de hacerse de la materia prima (tela friselina) y tener la autorización para realizar este trabajo. “Armamos un grupo de 15 personas que voluntariamente se ofrecieron para colaborar con esta acción solidaria. Se quisieron sumar un montón de personas, pero tampoco se podía hacer con mucha gente porque hay que mantener el distanciamiento entre ellas”, contó el empresario y, en ese sentido, agregó, que se trabaja con barbijos y con las medidas de higiene adecuadas.

La firma estaba produciendo hasta ayer unos 2.500 barbijos por día, pero desde hoy sumará las batas, por lo que hará un mix de entre 1.500 barbijos y 200 batas. “A nosotros nos llegan los rollos de la friselina y un grupo de personas hace el corte para luego pasar al taller donde se realiza la confección”, explicó. “Más allá de la puesta a punto de alguna máquina por cambiar de materia prima, es un trabajo similar a la confección de una prenda. No se necesitó ningún otro recurso que ya no tengamos”, afirmó.

“Es un acto solidario, que es lo poco que podíamos hacer para brindarle a la sociedad. Y por otro lado, es triste tener cerrada una empresa que se dedica a la confección sin aprovecharla para hacer algo que hoy hace falta”, ponderó Etchevarne.

“ESPERAMOS MEDIDAS ECONÓMICAS”

Consultado por lo que se puede llegar a esperar para cuando la pandemia se termine -si es que hay lugar para este tipo de expectativa en estos momentos-, el presidente de Industria Argentina de la Indumentaria expresó: “Esto va a ser muy diferente si se reabre en 15 días, en 30 o en 60 días. Ya se están vislumbrando algunos problemas muy serios porque nos están llamando clientes para cancelar notas de pedidos. Entonces, va a ser muy difícil mantener los niveles productivos. Esperamos contar con algunas medidas económicas que permitan que las industrias sigan adelante y puedan pagar los sueldos. Por ejemplo, reducción de aportes patronales y tasa de financiamiento al 0% con periodo de gracia no menor a tres meses, porque también se está cortando la cadena de pagos; entonces, esto no se va a resolver en un mes”.

REDACCIÓN ON24

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