Rosario “cambia de piel”: las definiciones de Pablo Javkin, atravesando una nueva etapa en la ciudad

Dar vuelta la página de la mano de las obras, la inversión y la pacificación. “Es una revancha de cosas que no se pudieron hacer antes”.

El gran desafío de la ciudad está dado en dejar atrás la cara de la violencia. El tormento que sufrió Rosario de la mano de las bandas narco criminales es un flagelo que comenzó a sanar con determinantes políticas de Estado acompañadas a nivel municipal con proyectos de infraestructura que le devuelven los espacios públicos a la sociedad.

Pablo Javkin asegura que Rosario está viviendo una nueva etapa que la quiere disfrutar como intendente, un “cambio de piel” que lo tiene como autoridad, sabiendo y reconociendo que será su último mandato.

¿Este segundo mandato es una nueva etapa para vos?

Si, claro. Vivimos un hecho extraordinario y Rosario mostró músculo en una situación muy difícil, y si nos hubieran dado más nivel de autonomía, mejor aún. Lo que estamos viendo hoy también fue porque en ese momento nos animamos a decirlo con la contundencia que había que decirlo, que era un país donde, insólitamente, el Estado se había retirado, no ya de los deberes vinculados al desarrollo, sino del básico, que es cuidar la vida de la gente, fundamentalmente en la calle.

¿Qué cambió?

Hoy lo que se está viendo es una buena coordinación entre Nación, Provincia y Municipalidad. Rosario cambió diez veces de jefe de policía. O sea, a mí me tocó vivir en cuatro años once jefes. Una locura. El jefe de la policía actual es el mismo que estaba el año pasado, Daniel Acosta. Cinco de los jefes echados estaban de jefes en el mismo acto, cumpliendo otra función. No era de ellos el problema. La política era el problema. La misma policía, con un nivel de organización mayor, con financiamiento, con objetivos, con leyes, que de algún modo permitan garantizar actuaciones más firmes, produce resultados muy diferentes de los que tenía antes.

¿Debiste sostener a Perotti en un momento dado?

Era una relación, la principal ciudad con el gobernador, pero Perotti fue una gran desilusión para mí. Yo esperaba más de él. En los dos primeros años que fueron de pandemia, la sociedad en una situación triste, rompe. No podíamos contribuir a romper. Pero después quedó muy claro que no era ese el problema. Tuvimos cuatro ministros de seguridad. Uno de ellos, Rimoldi, me vino a ofrecer custodia personal. Yo no quería custodia personal, esperábamos un plan. Combatir el delito organizado requiere estructuralmente resolver un problema que tiene que ver con las leyes, con las medidas que uno toma dentro de los penales.

Suena mucho en tus mensajes el “cambio de piel” que comenzó a experimentar Rosario

¿Concretamente a qué te referís?

Nosotros tenemos que movilizar la fuerza de esta ciudad, porque se va a hablar de Rosario desde otro lugar ahora. La cosa cambió y hay que sostenerlo. Las encuestas de la gente que visita la ciudad dicen que la ven mucho mejor que lo que a veces la vemos nosotros. Cambiar de piel es esto.

En el desarrollo privado tenemos muchos proyectos que necesitamos que se concreten. Es mi segundo mandato y en algunas cosas es una revancha de cosas que no se pudieron hacer antes.

Un segundo mandato que te encuentra como jefe de una ciudad que cumple 300 años

Un buen momento para pensar junto al sector privado qué le devolvemos a la ciudad en su tricentenario.

Parte de ese sector privado habrá que reconquistarlo.

¿El nuevo parque logístico es un guiño para la industria?

Uno de los grandes problemas que tenía Rosario en 2020 era el éxodo de su industria, habíamos perdido una ocupación enorme de sueldo industrial y eso te destruye el tejido productivo. Somos el primer tejido industrial por habitante de la Argentina. En plena pandemia cambiamos la ordenanza del suelo. Facilitamos lo urbanístico y generamos un beneficio impositivo para nuevas industrias. ¿Cuál es el impacto hoy? 111 establecimientos industriales nuevos y 94 en desarrollo. Un parque industrial que acabamos de votar: Un millón de metros cuadrados de suelo industrial. El rumbo lo pones vos. Cuando la circunstancia te pone el rumbo, te perdés. Y creo que es lo que pasó, no había rumbo. En definitiva, lo que nosotros hicimos fue un acuerdo con un privado para desarrollar la inversión más grande de la historia de la ciudad en metros, de sueldo industrial. Y se dio un debate interesante en el Concejo, hay que ver quiénes se opusieron.

Se opuso Ciudad Futura

Los que teóricamente representaban a los trabajadores, votaron en contra de un parque industrial.

¿Cuáles son las obras que la ciudad va a emprender de aquí en más?

Vamos a terminar algo que la ciudad nunca había terminado desde el año 92, que es el Parque España tal como era su proyecto original. Esa es una transformación probablemente del espacio más lindo que tenga la Argentina sobre el río Paraná.  Aún nos falta trabajar en sectores de la ciudad que no tienen cloacas. Las estamos haciendo en Fisherton noroeste, que es para 2500 familias. Estamos haciendo hoy pavimento definitivo y eliminando zanjas en cinco barrios de la ciudad, en Empalme, en La Guardia, en Las Delicias. Vamos a hacer una obra muy grande en el Parque Sur. Estamos trabajando en el proyecto en el Parque de la Cabecera con el Puerto de la Música, que es una obra icónica. Hay que mirarla bien y adaptarla, porque era una idea de hace 20 años. Y estamos pensando en algunas cosas más para el tricentenario de la ciudad.

     

Vamos a llegar al 95% de cloacas a fin de año o principios del año que viene. Nos va a faltar poner un 60% de pavimento a nivel definitivo. No lo tiene nadie en la Argentina. Hay obras grandes en marcha tenemos: Avenida Newbery, Ayacucho. Se hizo San Martín, Oroño, Pellegrini. Estamos discutiendo ahora con Nación el mejoramiento de la circunvalación y la iluminación LED.

Hicimos un programa de plazas, nos criticaron pero para nosotros son el núcleo cívico del barrio

Una forma de recuperar el espacio público

Es así, devolverle a la sociedad el espacio público. Nunca se comprendió que la vida en la calle es la que genera seguridad.

El cambio del código urbano, elevando la altura de las planta bajas de los edificios para que alberguen locales gastronómicos, las islas de los bares en las veredas, proyectos especiales como el de Fundar con un pasaje peatonal, dar mayor libertad a los desarrolladores, la libertad que no tuvo con el otro código privando a la ciudad de toda originalidad.

¿Una reforma constitucional traerá autonomía a Rosario?

Si, tiene que venir para dejar de ser adolescentes en términos institucionales. Es la ciudad más grande del país que no es autónoma. Yo administro dinero de otros. A veces la gente cree que los recursos de la municipalidad los tiene el intendente.

Hay mecanismos públicos, privados de cooperación que van a ser más ágiles.Yo no voy a vivir la intendencia con la autonomía, pero me gustaría dejar a quien venga una ciudad autónoma, donde tenga más recursos, donde se puedan discutir institucionalmente estas cosas donde no dependamos de otros niveles para todo.

¿Es tu último mandato como intendente?

A mí me parece que Santa Fe tiene una virtud, que es la necesidad de alternancia. Quizás sea exagerada porque es un solo periodo de cuatro, pero la idea de la alternancia debe estar, y yo creo que hay que limitar todo, mandatos de senadores, mandatos de diputados, mandatos de intendentes, mandatos de concejales, al menos consecutivos. Yo estoy muy enfocado, y te aseguro que hasta el último minuto que esté en la municipalidad lo voy a hacer, en el cambio de piel. Y eso implica tres cosas. Cumplir con el plan de gobierno, que lo tengo en un tablerito y lo sigo todos los días. Lo segundo, normalizar, ponerle sentido común a las discusiones. Y lo tercero, volver a generar en esta ciudad ese espíritu de hacerse a sí misma que siempre tuvo. Esos son los tres roles que voy a cumplir.

 

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