En la última sesión de la Comisión de Planeamiento, del Concejo Municipal, la Asociación Civil Carlos “Bocacha” Orellano denunció diversas situaciones en torno a la concesión municipal otorgada en el año 2011 a la empresa Obring, en la zona de la desembocadura del arroyo Ludueña, en el parque Alem, donde funciona la guardería náutica.
De hecho, la Asociación presentó una medida cautelar ante la Justicia para pedir que la empresa detenga las inversiones que lleva adelante en el lugar y que involucran obras de infraestructura pública, pero aún el juez no se ha expedido. “La Justicia no debería fallar a su favor porque los argumentos de la Asociación son totalmente falsos y se contradicen con la realidad; intentan confundir a la opinión pública”, afirmaron a ON24 fuentes de la compañía, de vasta trayectoria en la ciudad.
Ante Planeamiento, Orellano consideró que, a partir de esta adjudicación de la Municipalidad, “se ha privatizado el Parque Alem”, “se han talado árboles” y que han reducido la desembocadura del arroyo.
Cabe señalar que, al mismo tiempo, la Asociación que representa Orellano busca contar con el predio actualmente concesionado a Obring para montar allí el denominado Paseo de Pescadores, con locales de venta de pescado, huertas, ferias de artesanos y actividades culturales, una iniciativa que contó con la aprobación de un proyecto de decreto, presentado por el Justicialismo en el Concejo a fines de 2020.
Pero a la concesión municipal aún le restan unos 13 años y, de acuerdo, con la empresa adjudicataria, ni el Parque Alem ha sido privatizado, ni se han talado árboles, ni se ha achicado la desembocadura del arroyo. “Es totalmente lo opuesto, es la concesión que ha tenido mayor inversión en espacio de uso público”, remarcaron.
En rigor, se trata de una superficie adjudicada de más 50 mil m2, en el margen sur del Arroyo Ludueña, de los cuales el 70% corresponde a espacio de uso público, en donde el privado ha destinado inversiones para mejoras del parque con iluminación, equipamientos, mobiliario, estaciones aeróbicas, juegos para niños e infraestructura. “No es algo subjetivo eso, es ir y verlo nomás, porque todos los ciudadanos tienen acceso a la costa del Ludueña”, señalaron.
“Al único lugar que no puede acceder la gente es a los sectores minoritarios donde están las lanchas, que tienen que tener seguridad”, apuntaron y resaltaron que “en ningún lugar de la costa rosarina existe el camino de sirga que hay acá, de 15 metros de ancho a lo largo de toda la costa del arroyo, con puentes”. En ese sentido, manifestaron desde Obring que se trata de “una inversión que es ejemplo de integración público-privada”. Además, recalcaron: “Hacemos todo el mantenimiento de la superficie, que antes no estaba disponible al público y con esta concesión se logró un nuevo balcón al río y al arroyo”.
No obstante, indicaron que “tenemos problemas de intrusamientos de cooperativas de pescadores que ocupan sectores públicos de la concesión y que no permiten finalizar obras de infraestructura pública”.
Con respecto a las críticas ambientales, las fuentes de la empresa entienden que Orellano incurre en una confusión al argumentar que las obras de la firma constructora achicaron el arroyo: “Quizá se confunde con la altura del río; ahora parece mucho más angosto que cuando el río se encuentra en una altura normal, pero nosotros en el arroyo no hicimos más que obras de saneamiento; lo hemos mejorado muchísimo”, aseveraron.
Además, contaron que “se han plantado decenas de árboles autóctonos, como timbó, jacarandá, ceibo y aguaribay” y ponderaron: “Es un parque enorme de 5 hectáreas con dos galopes de guardería náutica que ha respetado hasta los taludes originales con la vegetación natural”.
REDACCIÓN ON24