Nadie discute el derecho de cualquier sector de la actividad local, provincial o nacional a efectuar sus reclamos salariales por las vías que entienda conveniente. Lo establece el Artículo 14 bis de la Constitución Nacional y, por consiguiente, el paro de los trabajadores municipales de Santa Fe nucleados en la Festram es válido. Ahora bien, ¿es responsable realizarlo ahora?
ON24 pudo saber que una paciente de la Maternidad Martin que debió realizarse una cesárea hace dos semanas volvió ayer al centro de salud con síntomas de dengue, enfermedad que podría ser confirmada en las próximas horas con los análisis de laboratorio. Más allá de si se trata o no de dengue, los médicos necesitaban disponer de repelente para aplicarle cada tres horas a la paciente pero la farmacia del lugar estaba bajo llave debido al paro.
Además, los propios médicos se dedicaron a desinfectar algunas salas porque la medida sindical les impedía a los trabajadores de la limpieza ejecutar su tarea. No es algo menor. En Rosario, esta semana se confirmó una muerte por dengue autóctono y en la provincia, hay más de 250 personas enfermas; de ellas, unas 60 en Rosario. A este escenario hay que sumarle el vertiginoso avance del Coronavirus, que mantiene en vilo a la población y cuya clave para prevenirlo es, justamente, una adecuada y responsable higiene.
Por otra parte, el Coronavirus está suspendiendo literalmente la actividad privada, por lo que miles de empresas y trabajadores independientes, que con sus impuestos mantienen el enorme gasto público de los tres niveles del Estado, paradójicamente van a ver resentidos sus ingresos con los que la Festram aspira a solventar un aumento salarial ahora. ¿O cuáles piensan que van a ser las fuentes de financiamiento del incremento, si no?
Entonces, son totalmente válidos los reclamos, los paros y las negociaciones colectivas. Pero ante esta grave situación, donde es imperiosa la cooperación de todos para frenar los altos niveles de contagio que presenta el virus, la Festram podría haber aceptado, al menos, la conciliación obligatoria. Nadie iba a morir por aplazar sus legítimas peticiones para dentro de un par de semanas. Pero sí la falta de servicios sanitarios plenos ante una pandemia es un peligro de muerte.
REDACCIÓN ON24