“Este paso que vamos a dar es fruto de 20 años de trabajo serio, responsable, honesto y profesional. Hacer una inversión en un inmueble así lo puede hacer cualquiera que tenga el dinero para hacerlo, pero en este caso es fruto de un trabajo empresario bien hecho durante mucho tiempo, siento que eso nos distingue. No es un golpe de suerte ni algo extraordinario, sino que es fruto de haber confiado en un propósito y caminar siempre hacia ese lugar”, cuenta Cristian Alsedá sobre la mudanza que concretará su inmobiliaria a mitad de año, y sintetiza un esquema de trabajo que los posicionó durante 19 años como una de las empresas líderes del rubro en Rosario.
La empresa apuesta con una mudanza a una casona de valor patrimonial ubicada sobre Boulevard Oroño para dar inicio a las dos décadas de trayectoria de Alsedá Inmuebles. También a un próximo plan de negocios a diez años que contempla la ampliación de su estructura y mayor crecimiento, potenciado entre otras cosas por una nueva vidriera “de cara a la ciudad y en su arteria más importante”. “Es un salto que se da con muchos años de trabajo, donde la inmobiliaria ha crecido muchísimo”, destaca su titular.
La inmobiliaria se asienta sobre tres pilares: ventas tradicionales, alquileres y administración de propiedades, y algunos desarrollos inmobiliarios cerrados internos, desarrollos exclusivos que realizan para sus propios clientes. “Son tres patas bien desarrolladas en las que trabajamos muy profesionalmente, certificados por normas ISO y siempre pensando a largo plaza: apostando e invirtiendo”. ¿Su fórmula para un crecimiento sostenido en décadas de trabajo? “Fuimos trabajando muy seriamente y siempre con objetivos de largo plazo”, explica Alsedá.
Desde la empresa recalcan el valor de proyectar a largo plazo y continuar haciendo apuestas que requieran grandes inversiones como la que emprenden con el nuevo inmueble. “Siento que es posible seguir pensando a largo plazo, y no lo sé hacer de otro modo. Aun en los peores momentos como fue el año pasado, por ejemplo, el ejercicio de detenerse a pensar concretamente cómo la actividad puede seguir funcionando, ha servido porque lo hemos logrado”, señala el empresario local.
En este punto, remarca los planes de la firma que triplicará la superficie de su sede y dará lugar a un crecimiento de su staff y cartera de clientes. “Hay distintos factores que monitorear de manera permanente, creo que el mercado va a seguir funcionando de diferentes modos en los próximos diez años, pero saber adaptarse, leer el mercado y prever una adaptación es clave. Creemos que en los próximos años nuestra cartera de clientes va a aumentar a partir de este crecimiento, de nuestro empuje y de nuestra inversión. Este nuevo espacio físico nos da otra visibilidad y va acompañando de mayor presencia”.
La empresa rosarina corona dos décadas de trayectoria en las que “cada año fuimos creciendo”, aún en el contexto de pandemia que modificó drásticamente las reglas del mercado. Durante el 2020, lograron, pese a la incertidumbre que signó el transcurrir de la pandemia, cerrar un año con crecimiento y “mucha confianza por parte de nuestros clientes”. “Entendimos que había que leer nuevamente el mercado, entender qué cosas habían cambiado, como fueron los valores durante el año pasado, sincerarlos rápidamente y dar a entender a nuestros clientes, tal como hoy entienden todos, que el valor de las propiedades comenzaba a bajar de manera rápida y el que quería vender debía adaptarse. Creo que ahí está la clave del crecimiento como empresa, aún en las peores épocas que nos tocó vivir, como fue el año pasado, pudimos transmitir esa lectura, a la par de que, como empresa, seguimos apostando e invirtiendo”.