El último data del año 88 cuando amarró el último buque. Después de allí, una zona desértica ubicada en un área estratégica de cara al río fue el disparador de infinitas gestiones políticas para que los gobiernos nacionales de Bolivia y Argentina puedan acordar el traslado de una zona franca totalmente paralizada.
En el marco de las idas y vueltas por el MOP, el proyecto del Guardería Náutica Costa Central, el proyecto del Puerto de la Música en el freezer y un puerto de cargas que busca levantar vuelo y acapara inversiones, la zona franca boliviana parece ser esa pieza del Tetris que encaja mal y desordena el juego.
Este medio pudo averiguar que representantes de una conocida consultora boliviana estuvieron en la ciudad de Rosario visitando la zona franca y también se reunieron con autoridades provinciales para ver de qué manera se puede reactivar la zona o llegar a un acuerdo para mudarse.
“Estuvimos reunidos. Ellos tienen la intención de tomar una decisión al respecto para hacer operativo al predio. Una de las propuestas que se barajó fue que habiliten el predio actual, concesiones usos gastronómicos y darles a cambio, un nuevo espacio más alejado para que puedan instalar la zona franca”, explicó una fuente ligada al plan estratégico de la región.
Esto se suma a las actividades que comenzó La Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) en el marco del proyecto de cooperación en favor del Estado Plurinacional de Bolivia, referido justamente a la remodelación de la zona franca de ese país en el puerto de Rosario, según publicó Télam en el mes de septiembre. El objetivo fue el mismo: Aportar información y recomendaciones sobre las n potencialidades de desarrollo y explotación de la zona franca, concedida a Bolivia en el puerto rosarino.
De larga data
Vale la pena recordar que el convenio bilateral para el establecimiento de una zona franca para la República de Bolivia en el puerto de Rosario, se suscribió en junio de 1969. Por aquel entonces, el gobierno nacional acordó ceder en favor de Bolivia, una “Zona franca” para el tráfico de mercaderías de exportación originarias de Bolivia y para las que se importen a ese país con destino a su uso y consumo. La actual zona franca boliviana es un área de 54 mil metros cuadrados ubicada en la costa céntrica a la altura del Parque Urquiza.
Redacción ON24