Es sabido que los niveles de violencia en Rosario son altos y apuntan a seguir creciendo en el corto plazo. A esto se suma además la naturalización del uso de armas pesadas como las ametralladoras, de las cuales ya se secuestraron siete en lo que va del año. Desde 2012 se vieron empleadas en ataques a negocios con ráfagas de disparos y se las vinculó a la banda Los Monos. Durante el 2015 se las vio implicadas también en asesinatos y en robos bancarios. El periodista de investigación Germán De Los Santos tiene sobrada experiencia en la materia y pasó por Con Sentido Común, en la mañana de Fisherton CNN dando su visión.
El especialista indicó que los criminales las suelen alquilar por unos tres mil pesos por jornada y las compran alrededor de los 40 mil pesos. “Son armas que están en poder de la policía”, explicó. Según aseguró, una de las incautadas del robo al banco de la localidad de Pérez pertenecía a la policía de Entre Ríos, después pasó a una agencia de seguridad privada rosarina y posteriormente se perdió el rastro. “Las armas ya no se usan por parte de las fuerzas de seguridad, pero sí están en los arsenales de la fuerza”, aseveró.
El periodista afirmó que “muchas de las armas que hay hoy en el mercado negro provienen de las fuerzas de seguridad, entonces es muy difícil el control”. Además puntualizó que una gran traba es que las municiones no tienen ninguna marca, por lo que no se pueden rastrear. “En febrero se robaron del arsenal del batallón 603 de Capitán Bermúdez 26 mil municiones que no se pueden seguir porque no tienen ningún número”, contó. Mientras tanto, otros países como Brasil han implementado sistemas como marcas láser en las balas.
También brindó más detalles sobre la complicidad de la policía con los narcos, citando el caso del exjefe de drogas de Rosario, que alquilaba dos ametralladoras a Monchi Cantero. Además agregó que actualmente hay un cartel colombiano funcionando enteramente dentro del país: “Es la primera vez que en Argentina se detecta el funcionamiento a pleno de un cartel internacional. Con todos los eslabones y estructura funcionando acá, desde jefes, sicarios y profesionales encargados del lavado del dinero”.
El centro de acopio de la droga de esta organización se encontraba en Rosario, donde se la procesaba y se la camuflaba con arroz para ser exportada. “Todavía no pudieron descubrir el método que usaban para camuflar la droga que no era detectada ni por los perros ni por los exámenes. Cuando se realizó el allanamiento en tres casas unidas en Arroyito, en calle Víctor Mercante, encontraron 1400 tubos de biología molecular”, contó De Los Santos.
Aunque parece de ciencia ficción, son hechos reales y los niveles de violencia son cada vez más altos y con armamento más pesado.